Zizek: El sublime objeto de la ideología, pt. 2/2

Hoy un análisis de este reconocido texto de Slavoj Zizek.

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Guión

Hace como un mes, estuve con un amigo gringo y estábamos hablando del Presidente Trump. Es que salió en las noticias algo despectivo que dijo en corto sobre los soldados que han muerto en el combate. Los que apoyan a Trump son en general muy pro-militares, entonces mi amigo me dijo ¿Cómo es posible que siguen apoyándolo sabiendo eso? Lo que estaba implícito en la pregunta de mi amigo era la noción marxista de ideología como falsa conciencia, la idea, como dice Zizek, de que “la gente ‘no sabe lo que en realidad hace’, en que tiene una falsa representación de la realidad social a la que pertenece”. Zizek hace referencia a una conocida frase en Capital donde Marx dice: “Ellos no lo saben, pero lo hacen”. Y el punto de mi amigo era que ahora que lo saben, ¿por qué siguen haciéndolo, (o sea, apoyándolo)?”. Zizek le hubiera respondido “Porque son cínicos. Su conciencia no es falsa o distorsionada, sino cínica”. Esto le permite cambiar la observación de Marx. En vez de “Ellos no lo saben, pero lo hacen”, Zizek afirma “ellos saben muy bien lo que hacen, pero aun así, lo hacen”.
Zizek es sloveno y a menudo hace referencia a la política de su país cuando formaba parte del estado comunista de Yugoslavia. La gente escuchaba a los líderes del partido hablar de cómo estaban trabajando a favor del pueblo, pero no los creía, sabía que eran mentiras. Entonces, no eran unos inocentes engañados. Sin embargo, aunque sabía la verdad, continuaba apoyando al partido, actuando cómo si no supiera la verdad, actuando, todos, como si nadie viera que el emperador estaba desnudo. Esta conciencia ya no es ingenua, sino cínica, por lo que no tendría mucho sentido una crítica ideológica porque lo que semejante crítica desenmascaría pues ya lo sabe la gente. Por eso, Zizek pregunta si ya estamos en un mundo post-ideológico.
Obviamente, piensa que no. ¿Por qué? Pues, volvamos a esa frase de Marx: Ellos no lo saben, pero lo hacen. Vimos que el giro que Zizek le dio fue cambiar el “no” a un “sí”, decir que sí lo saben, pero lo hacen de todos modos. Si eso fuera todo, entonces estaríamos en efecto en un mundo post-ideológico, porque no hay engaño. Pero Zizek piensa que sí hay engaño, que la gente obra bajo una ilusión ideológica. Justifica su sospecha al dar un giro más a la frase de Marx. Lo que cambia no es una palabra, sino el nivel donde funciona la ideología. Opera no en el nivel del saber, sino del hacer. En la concepción de ideología que Zizek critica, pensamos que la realidad es lo que es y que a nivel del saber captamos esa realidad de forma distorsionada gracias a la ideología. Lo que Zizek dice es que la ideología distorsiona la propia realidad social en la que actuamos. Dice: “Lo que ellos no saben es que su realidad social, su actividad, está guiada por una ilusión, por una inversión fetichista. Lo que ellos dejan de lado, lo que reconocen falsamente, no es la realidad, sino la ilusión que estructura su realidad, su actividad social real”.
Esta ilusión no es consciente, sino inconsciente, y por ello no funciona la crítica ideológica desde el marxismo clásico. Esta ilusión inconsciente es, dice Zizek, lo que puede llamarse una fantasia ideológica. Pero antes de pasar a ello, es importante entender cómo esta fantasia estructura la dimensión del hacer, de nuestra actividad social. Para ilustrarlo, Zizek acude al célebre concepto del fetichismo de las mercancías de Marx. Lo hemos discutido en otros vídeos, pero nuevamente, la idea es que en una economía capitalista, lo que vemos es el flujo y el intercambio de mercancías. Pareciera que su valor fuera una propiedad intrínseca, cómo si fuera natural. Sin embargo, para Marx, su valor no es natural, sino que es producto de relaciones sociales. Lo importante en el análisis social no es la relación entre las cosas sino las relaciones entre los sujetos humanos que las producen.
Pero, para Zizek, la gente ya sabe que las cosas y el dinero que usa para comprarlas no tienen nada de magia, que son una expresión de relaciones sociales. El problema, dice, “es que en su propia actividad social, en lo que hacen, las personas actúan como si el dinero, en su realidad material, fuera la encarnación inmediata de la riqueza en tanto tal. Son fetichistas en la práctica, no en teoría”. Fetichistas o, lo que es lo mismo, ideológicos. Nosotros de hoy en día, cínicos, sofisticados y racionales, nos consideramos superiores al pobre siervo medieval quien se relacionaba con el mundo y con los demás por medio de una red de supersticiones y creencias ideológicas tejida por la Iglesia. La Ilustración y la ciencia nos han liberado de esas creencias. Nos relacionamos con el otro no mediante mandatos divinos, sino por el interés propio. A pesar de ello, dice Zizek, “las cosas (mercancías) creen en lugar de ellos, en vez de los sujetos: es como si todas las creencias, supersticiones y mistificaciones metafísicas, supuestamente superadas por la personalidad racional y utilitaria, se encarnaran en las ‘relaciones sociales entre las cosas’. Ellos ya no creen, pero las cosas creen por ellos”.
Es muy importante entender que cuando Zizek habla de una creencia ideológica, no se trata de una creencia en la cabeza, cómo algo interior, sino algo exterior plasmado en la práctica. Comenta que es similar a las ruedas de plegaria tibetanas. De hecho, tengo uno aquí. Uno escribe una plegaria en un papel, lo enrolla dentro de la rueda y le da vueltas – así. De esta manera, la actividad de orar no es subjetivo sino objetivo. La oración es accionada, por así decirlo, de forma mecánica. Dice Zizek: “La belleza de todo esto es que en mi interioridad psicológica puedo pensar acerca de lo que quiera, puedo acceder a las fantasías más sucias y obscenas, y no importa porque, piense lo que piense, objetivamente estoy orando”.
Siempre he pensado que el catolicismo es la versión cristiana del budismo tibetano por toda la cuestión de lo visual, lo teatral y lo ritual que los dos tienen. De la misma manera, el catolicismo exterioriza la creencia en los ritos de los sacramentos. Una vez leí que los católicos no tienen un inconsciente porque la relación entre el individuo y lo divino está mediado por los sacramentos. Funcionan como un amortiguador psíquico. Generalizando, el concepto cultural que se tiene del catolicismo es que no importa tanto lo que uno piense en su cabeza sino que haga bien los ritos, los sacramentos. El protestantismo, en cambio, es muy austero, no tiene todos esos ritos, por lo que el contacto con lo divino es más directo y la necesidad de un inconsciente para reprimir experiencias duras es más patente. Eso al menos es lo que leí, pero Zizek diría que el inconsciente del protestante está exteriorizado también, no en la dinámica de los sacramentos, sino, siguiendo a la famosa obra de Max Weber – La ética protestante y el espíritu del capitalismo – en la relación de las mercancías.
Marx entendía el fenómeno de la ideología sólo en términos de la conciencia. O bien uno sabe, o está equivocado o engañado. Basándose en Lacan, Zizek entiende el sujeto humano cómo dividido entre la conciencia y el inconsciente. Gracias a ello, puede dar cuenta del conflicto entre lo que la gente dice que sabe y lo que, expresado en sus acciones, creen inconscientemente. Entonces, lo que tenemos hasta ahora es que la ideología funciona en el nivel no del saber sino del hacer, de las acciones de la vida práctica. Y también que la ideología que esa práctica encarna se asimila de forma inconsciente. Lo que hay que ver ahora es el mecanismo de esa asimilación, el proceso en el que un individuo biológico, se convierte en un ser social, en un sujeto. Para ello Zizek acude a un autor que ya hemos discutido – Louis Althusser.
Como recordarás, esa subjetivización Althusser la llama interpelación. Consiste en ser llamado por una autoridad, cómo el de una policia cuando grita “¡Oiga!”. El efecto del llamado, o al menos lo que se espera, es que uno reconozca a sí mismo en la imagen que el llamado presenta. En el caso del grito de la policía, esa imagen es la de un ciudadano obediente. ¿Cuál es la finalidad de la interpelación?Pues, por un lado, hay individuos biológicos y por el otro, relaciones económicas y políticas. La ideología es el interfaz entre los dos, creando sujetos con una identidad que favorezca los fines de esas relaciones: ciudadano obediente, trabajador dócil, padre de familia, etc. Para Althusser, el papel de la ideología no estriba en decir cómo es el mundo, sino en ubicar a los individuos en diversas funciones sociales. La interpelación crea en el individuo una identificación con cierto papel funcional, y lo hace de tal modo que el sujeto se siente autónomo y su papel en la sociedad libremente escogido. Sin embargo, reconocerse de esta manera es, para Althusser, ilusorio, un reconocimiento falso. Aquí vemos el doble sentido de “sujeto”. El individuo se siente sujeto en el sentido de ser un amo que actúa sobre el mundo con causalidad y libertad. Pero realmente, para Althusser, ese sujeto no es libre sino determinado en el sentido de estar sujeto o sometido a una fuerza que lo determina.
Como último, Althusser rechaza una noción de ideología entendida como ideas en la cabeza de uno. Las creencias ideológicas, como vimos en Zizek, se manifiestan no en el saber sino en el hacer, en las prácticas sociales, en la materialidad de nuestro entorno. A eso se refería con su noción de aparatos de estado, instituciones como escuelas, la familia, negocios, el comicio, la burocracia, etc. Si uno llega a enunciar conceptualmente cierta ideología, se debe a que éste primero haya moldeado el entorno con el que la gente interactúa cotidianamente. Althusser ilustra esta prioridad material o práctica citando a Blaise Pascal. Con respecto a la creencia en Dios, dice Pascal: “Arrodíllate y reza, y creerás”.
Fíjense que me fastidia mucho y me desespera discutir el tema de la religión, de la creencia religiosa, porque no tiene nada que ver con una discusión racional, ni tampoco con una fé subjetiva, sino, al parecer, con la obediencia a ritos ceremoniales – arrodíllate y reza! Según Althusser y Zizek, las creencias políticas también son de esa naturaleza. Entonces, no me extraña nada que cuando voy de visita con mis padres, está prohibido discutir religión y política!
Bueno, para resumir, lo que tenemos con Althusser son tres cosas: uno, la interpelación donde uno se identifica con un papel funcional en la sociedad; dos, el reconocimiento falso de esa identidad vista como resultado de una elección libre; y tres, la materialidad de la ideología a diferencia de la idealidad, es decir, como proposiciones en la cabeza. Como ya hemos comentado, Zizek acepta la materialidad de la ideología, pero con respecto a la interpelación o subjetivización de los individuos le da un giro importante desde su lectura de Lacan. En lo sucesivo, hablaremos de dos temas para completar la noción de ideología en Zizek: 1. Su interpretación de la interpelación de Althusser en términos de los registros de lo Imaginario y lo Simbólico de Lacan, y 2. Su discusión de la relación entre lo Simbólico y lo Real, lo cual concierne el papel de la fantasia y constituye su aporte original al tema de la ideología.
Bueno, en el último vídeo hablamos del registro de lo Imaginario lo cual concierne la formación del ego a través de la identificación con la imagen del otro. El otro nos llama la atención por su look, su inteligencia, las cosas que tiene, los valores por los que lucha. Formamos nuestra propia imagen en función del otro porque deseamos ser cómo él. Ahora, con la identidad imaginaria aún no estamos en el nivel ideológico, ya que la gran multitud de imágenes o elementos que uno puede incorporar en su identidad no tienen en sí mismos un significado. Zizek los llama elementos proto-ideológicos o significantes flotantes. Recuerda que “significante” quiere decir palabra, idea, concepto. La idea o concepto de “luchador” es un significante. ¿Qué significa? Pues, eso depende de su ubicación en la cadena significante que vimos en el último vídeo. Como vimos, dado que el lenguaje es un sistema de diferencias, el significado de las palabras o significantes es determinado no por una relación que tuviera con el referente, sino por el contexto, y ningún contexto es absoluto. Si aplicamos el concepto de “luchador” a Osama bin Laden, para algunos significaría ‘terrorista’ y para otros ‘libertador’ dependiendo del contexto, del punto de vista de unor. “Luchador”, entonces, es un significante flotante porque flota entre diferentes posibilidades de interpretación. Para detener el deslizamiento de los elementos y fijar su significado, hace falta la intervención, como dice Zizek, de un “punto nodal” que los “acolcha”. En pocas palabras, lo que hace falta es un significante-maestro.
Aquí pasamos de lo Imaginario a lo Simbólico. En lo Imaginario, uno tiene un “yo ideal” que va formando con la imagen del otro, esos significantes flotantes. En lo Simbólico, el significante-maestro no es una imagen más, sino un “ideal del yo”, es decir, las expectativas y normas sociales las cuales moldean lo que deseamos en la dimensión imaginaria. Esta identidad simbólica es mucho más profunda y además es inconsciente. Cómo en Althusser, la identificación imaginaria del sujeto, es decir, tal y como ve su ego, es falsa, se reconoce falsamente, ya que lo que realmente determina su actividad en la vida social es la identidad simbólica con una norma social. El significante-maestro es lo que acolcha eso. Es lo que Althusser llamaba la autoridad y lo que Lacan y Zizek llaman el gran Otro (con “o” mayúscula), lo cual puede ser diversas cosas cómo, por ejemplo, “Dios”, “el Pueblo”, “el Partido”, “el Fuhrer”, entre otros. Éste es el nivel propiamente ideológico ya que este gran Otro es lo que detiene el deslizamiento de la cadena significante, dando cierto sentido a sus elementos, un sentido que alinea el sujeto con los valores del Partido o el Pueblo o lo que sea.
Ahora bien, hasta aquí hay mucha sintonía entre Zizek y Althusser, pero hay una diferencia clave, la cual consiste en el hecho de que, para Zizek, el proceso de subjetivización o interpelación queda corto, su alcance no es completo. Para ver por qué, y para dar paso al aporte principal de Zizek al estudio de la ideología, vamos a fijarnos en la perspectiva del individuo y aquello que le motiva a actuar – el deseo.
Antes de ser un individuo independiente, uno se encuentra en el vientre de su madre donde, propiamente, el deseo no existe ya que toda necesidad es respondida por la madre de forma íntima e inmediata. Como el Jardín de Edén en el plano mítico, se trata de un entorno de plenitud – un paraíso. Al nacer, el bebé experimenta una ruptura, le falta ahora en este mundo lo que tenía plenamente en el anterior, y así empieza a desear. ¿Qué es lo que desea? De acuerdo con la mercadotecnia, pareciera que lo que uno desea son cosas – zapatos, celulares, coches – pero lo que en el fondo deseamos, lo que realmente buscamos, es el Jardín de Edén, volver a tener esa sensación de completitud, de sentirse entero. Dado que la satisfacción inmediata del vientre de la madre no se da en este mundo, no nos queda más remedio que buscarlo en algún objeto.
Hace muchos años cuando salió el primer iPhone le dije a una amigo que lo iba a comprar y que estaba muy emocionado. Ese amigo es budista y me dijo que la emoción duraría una semana y luego pasaría y buscaría otra cosa. Tenía toda la razón. Cómo vimos en el registro de lo Imaginario, uno se identifica con ciertas imágenes, con ese iPhone, con ese grado académico, o la cosa que sea, a lo mejor porque piense que le llenará, sin embargo su deseo, dice Lacan, no es por el objeto físico sino por el deseo del otro. Lo que realmente deseamos es que el otro nos desee – los objetos no son más que un medio a ese fin. El problema es que uno no sabe qué quiere el otro de sí. Uno tiene que adivinar o imaginar qué hacer para que el otro le desee. Como vimos, el otro cuyo deseo deseamos no es sólo ese otro con “o” minúscula, es decir, ésta o aquella persona, sino el gran Otro. Aun cuando tuviéramos el deseo de otra persona, no vivimos en una burbuja de dos, sino en un mundo social muy grande y complejo. Si queremos volver a tener esa sensación de completitud, de ser entero, hay que buscar que el gran Otro nos desee, que nos dé un lugar en el orden social, simbólico.
Sin embargo, ante ese Otro, el individuo sigue con la misma pregunta: “¿Qué quiere de mí? ¿Qué tengo que hacer para que me desee?” En Althusser, esta pregunta no surge. Ahí, da la sensación de que la ideología y sus aparatos de Estado llevan a cabo como un lavado de cerebro a la gente, convirtiéndola en una especia de autómata que ocupa su debido lugar en el sistema sociopolítico. Suena todo muy orwelliano. Para Zizek, en cambio, la sujetivización es un proceso necesariamente incompleto. ¿Por qué? Porque el vínculo entre el sujeto y ese gran Otro, sea Dios, la Nación, o el Partido, no es directo y pleno, sino simbólico. Acuérdate de la pieza musical que comentamos en el vídeo anterior. Su significado es el goce directo al escucharla. Ninguna cantidad de conceptos y símbolos puede acercarse a esa experiencia. Es lo mismo con el sistema de símbolos que constituye el orden Simbólico de la sociedad. Es un sistema necesariamente incompleto. Zizek dice que Kant abordó este tema en su crítica al argumento ontológico a favor de la existencia de Dios cuando dice que el ser, o la existencia, no es un predicado. Lo que tenemos es el concepto de Dios; ese concepto consta de varios predicados (es omnipotente, omnisciente, etc). Dice Zizek: “si uno conoce todos los predicados de un ente, su ser (su existencia) no se sigue, es decir, uno no puede concluir un ser a partir de un concepto”. De este modo, el sujeto no está del todo sujetado o sometido ideológicamente, y por tanto nunca sabe del todo lo que el Otro quiere. Quedan brechas o vacíos en el conocimiento del sujeto, vacíos que tienen que llenarse.
Y aquí es donde llegamos al segundo punto que comenté hace rato. Ya hemos visto lo Imaginario/Simbólico y su relación con la interpelación de Althusser, y hemos visto el defecto de este último, el hecho de que la subjetivización es incompleta. Ahora podemos pasar a lo Simbólico/Real.
Cómo vimos en el último vídeo, estos registros de lo Imaginario, lo Simbólico y lo Real son los aspectos básicos en los que podemos dar cuenta de la experiencia psíquica. Si el medio de lo Simbólico es conceptual, es decir, el significante o el símbolo, el de lo Real es afectivo, específicamente lo que Lacan llama jouissance, que se ha traducido cómo goce. El goce, en este sentido, no es el simple placer, cómo comer un chocolate, sino un placer que sea resultado de una transgresión, un placer excesivo e intenso, el goce, por ejemplo, que el masoquista siente en el dolor.
¿Qué tiene que ver el goce con la política y la ideología? En su libro El malestar en la cultura, Freud plantea el conflicto entre el individuo y la sociedad. En la medida posible, el individuo quisiera invertir su energía libidinal en la familia, con amigos, en la playa, pero la sociedad exige que invierta cada vez mayor cantidad de tiempo trabajando en la oficina, fortaleciendo la sociedad, obedeciendo las leyes, posponiendo la satisfacción – en efecto sacrificándose por el bien social. Para Zizek, este sacrificio está a la base de la subjetividad del hombre, de su carácter cómo miembro civilizado de la sociedad. En alguna medida, tienen que renunciar el goce por un bien mayor, el bien de la colectividad.
Esto, junto con el hecho de que, cómo vimos, nuestro deseo por el deseo del Otro no es respondido de forma completa, pone al orden social en una posición endeble. Para que las leyes sean efectivas, para que un regimen político cuente con la lealtad de los sujetos bajo su dominio, el deseo tiene que recibir satisfacción, tiene que haber goce. Tiene que haber, entonces, un quid pro quo – si el sujeto es leal al regimen entonces puede recuperar el goce que sacrificó al ocupar su lugar en el orden Simbólico de la sociedad. El detalle es que el gran Otro no tiene ese goce, sin embargo es menester que el sujeto crea que sí lo tiene, que el Partido, la Nación o lo que sea su gran Otro tenga acceso al objeto de deseo, ese jouissance. ¿La solución? La fantasía. Lo que Zizek llama “la economía política del jouissance”, es decir, la creencia de que el gran Otro tiene acceso al goce, tiene que ser sostenida y estructurada por una fantasía, una fantasía ideológica.
No debe extrañar que la fantasía tiene que ver con el otro, con un otro que se supone goce de lo que a nosotros nos corresponde, un goce que ha sido robado. Dependiendo del contexto histórico, ese otro puede ser el judío, el musulmán, el negro, los gays, etc. Seríamos ricos si no fuera por los judíos; gozaríamos de la libertad si no fuera por los ataques de fundamentalistas islámicos; el matrimonio sería sagrado si no fuera por los gays que lo amenazan, etc. Habrán oído que no hay nada que une a una gente cómo un enemigo en común. Pues ésa es la idea. El enemigo, el otro, posee el objeto de nuestro deseo. Pero lo curioso es que nosotros gozamos al fantasear sobre el goce del otro. Irónicamente, la fantasía sobre el goce robado es lo que realiza ese goce en un grupo determinado, uniendo a sus miembros de una manera que el orden Simbólico no era capaz de hacer. Dice Zizek: “Una nación existe sólo en la medida en que su goce específico continua materializándose en un conjunto de prácticas sociales y transmitiéndose por medio de mitos nacionales o fantasías que aseguran esas prácticas”.
Te acuerdas de mi amigo gringo que comenté al principio. No entendía cómo los simpatizantes de Trump podían seguir apoyándolo con escándalo tras escándalo que revelaba el total cinismo de su líder. Ahora entendemos por qué. La lema de su presidencia es “Make America Great Again”. La palabra clave ahí es “again” – o sea, otra vez o nuevamente, lo cual implica un origen idílico (aun cuando mítico), un origen que fue robado por los negros que salieron de su lugar de sumisión, por los feministas que sacaron a la mujer de la cocina, y por los gays que salieron del closet. La ideología de los trumpistas no se articula en términos de una economía del significante, es decir, una subjetivización basada en el ordenamiento de proposiciones políticas en la cabeza, sino en términos de una economía del goce. Las formaciones ideológicas funcionan como una economía del goce en el sentido de dirigir y estructurar el deseo. La unidad y el sentido de identidad que esta fantasía del otro da a los trumpistas se da también por el otro lado del espectro político. Para la izquierda, ese otro es el sistema capitalista, un sistema que roba el valor o el goce de la clase obrera. Incluso, los centristas neoliberales tiene el suyo. En los 90 en la presidencia de Clinton, eran los “welfare moms” – las madres con muchos hijos que recibían apoyos mensuales considerables. Yo trabajo duro y esas madres holgazanes no ¡y reciben lo mismo que yo!
Esa rabia que provoca la fantasia del otro que goza lo que te corresponde es una emoción excedente, un jouissance que sobrepasa el orden Simbólico porque no puede simbolizarse, no cabe en el sistema significante. Es el sabor de lo Real y es, cómo vimos en esa cita de Zizek, lo que permite que existe la Nación, o el Partido, o Dios, o lo que sea el gran Otro. Esto es importante, porque el gran Otro no existe como tal. El gran Otro es una ilusión, no óptica sino ideológica, producto de la fantasía ideológica que lo postula cómo Aquella Cosa que es robada – la nación de los EEUU, por ejemplo – cuya grandeza hay que recuperar al escupir veneno despiadado a los que la han robado.
Cómo comentamos, esa Cosa (con C mayúscula), el gran Otro, no existe. Nadie jamás ha visto a Dios y nadie ni siquiera podría enunciar simbólicamente en qué consiste al pueblo norteamericano. Aunque sean ilusiones, ejercen un poder muy real, y el hecho de que no son demostrables empíricamente, lejos de desacreditar a los que creen en él, sólo fortalece su creencia. Estos objetos no son empíricos, sino sublimes. Y aquí llegamos por fin al curioso título del libro – El sublime objeto de la ideología.
Zizek toma la noción de ‘objeto sublime’ de Kant y la Crítica del juicio. Ahí Kant habla de experiencias donde las facultades perceptuales del individuo son incapaces de intuir una totalidad inmensa, como el inmenso abanico de estrellas en el cielo. No hay un objeto definido que nuestras facultades pueden captar, y entonces fracasan en su intento. Sin embargo, el fracaso del entendimiento de formar un juicio sobre semejantes “objetos” es un fracaso sólo epistémicamente ya que la experiencia indica una facultad suprasensible dentro de la persona, es decir, su Razón, una facultad moral superior a cualquier poder meramente empírico. A pesar de la limitada finitud de uno, moralmente, uno es autónomo y soberano. El último vídeo de mi serie sobre lo bello y lo sublime en Kant habla de esto con mucho más detalle.
Pasando a Zizek, el hecho de que el gran Otro no sea susceptible de una intuición empírica no constituye un fracaso desde el punto de vista de la persona que cree en él. El hecho de que no puede explicar la naturaleza de sus creencias políticas no es algo negativo, sino que más bien es testimonio de la Grandeza o Trascendencia de Dios o de su Nación, elevado muy por encima del mundo vulgar y profano. Y así lo desesperante que es discutir la política o la religión con gente que no cree cómo tú, que no se arrodilla ante el mismo gran Otro que tú.
No sé si Zizek tiene razón en todo lo que dice sobre la ideología, sin embargo, está claro que criticar posturas políticas desde la racionalidad científica con la finalidad de desmitificarlas no va muy lejos. El punto de enganche de la ideología no es en el saber sino en el hacer, en la materialidad de nuestra vida cotidiana; no es un velo que tapa los ojos de la conciencia sino una fantasia que el inconsciente teje. Entonces, si la crítica ideológica para Zizek no consiste en desmitificación, ¿en qué consiste? Dado que la ideología tiene efecto en un nivel inconsciente, lo que hace falta es algún tipo de psicoanálisis, específicamente lo que llama “atravesando la fantasia”. En términos muy generales, un individuo en psicoanálisis tiene un trauma que ha reprimido pero que sigue ahí expresándose en diferentes síntomas neuróticos, psicóticos y también físicos. La idea es recorrer los elementos de la fantasia que oculta el trauma para descubrir éste y revivirlo con el fin de resignificarlo de una forma más sana o al menos menos dañino para la vida cotidiana del paciente.
En el contexto de Zizek y la ideología, descubrir el trauma significa “tocar lo Real”, es decir, retar el orden simbólico de tu grupo al enfrentar aquello que excluye o reprime, estableciendo así nuevas coordenadas para experimentar la realidad social. Esto es un proceso bastante difícil porque significa cuestionar y desmantelar la identidad de uno. Veo cómo puede llevarse a cabo a nivel individual, pero ¿a nivel social? Se puede psicoanalizar una sociedad en el sentido de diagnosticar sus patologías, pero el cambio tiene que suceder a nivel de los individuos. Históricamente, está claro que estos cambios sociales se dan, pero la comprensión de su mecanismo se nos escapa todavía.

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34 Comments

  1. Adriana Merino · 22/11/2020 Responder

    Interesantísimo.
    No sé con certeza pero me deja pensando en ese modo que tengo de ver las cosas tan interiorizado que me hace creer casi de forma incuestionable que tengo razón en algo que no he analizado del todo. por ejemplo: confieso que muchas veces he sentido que el resto de la gente son unos nacos por que no asumen acciones que yo considero adecuadas, de hecho me doy cuenta que he sentido que esas actitudes “equivocadas” de la gente le impiden al mundo ser como debería ser idealmente, es algo que me cuesta mucho quitarme de la cabeza, porque no existe el mundo ideal y las personas son como son. Eso mismo lo he visto en amigos que odian a Lopez Obrador y dan argumentos sobre su odio y creo que habla más sobre esa interiorizacion simbólica de lo real… la verdad e que estamos bien locos…
    Temas pantanosos Darin pero ¡cómo los disfruto!

  2. Gaspar · 23/11/2020 Responder

    Muchas gracias! Muy paradójico… es bastante inmovilizante que si hay una superación de esta problemática se daría en una reformulación institucional y que, a la vez, estamos tan construidos dentro de esta institución que directamente nos resulta imposible medir las repercusiones de tal cambio. Considero tener una ideología más bien de izquierda, pero hasta qué punto mi propia ideología no es un mera ilusión de mi deseo, constituida en su totalidad por representaciones falsas: presuntas categorías naturales que son intrínsecamente capitalistas. Es difícil determinar hasta donde llega la ideología en todas estas conjeturas, pues no sabemos qué es el humano sin el capitalismo y sus instituciones.

    • Darin · 23/11/2020 Responder

      Buena observación Gaspar. Por mucho que uno critique condiciones económicas existentes, la crítica viene de una experiencia de vida condicionada por ellas!

  3. Joan Viñeta · 23/11/2020 Responder

    Estimado y admirado doctor McNabb:
    Soy un estudiante de Filosofía de la Universidad de Barcelona (Catalunya). Tengo 74 años y tras mi jubilación inicié los estudios de filosofía. Soy seguidor de sus magníficos vídeos de La Fonda Filosófica, los cuales me han ayudado muchísimo en la comprensión del pensamiento filosófico, y tengo unas enormes ganas de agradecérselo profundamente. Si algún dia decide tomarse unas vacaciones para visitar Europa, no deje de venir a visitar mi ciudad y póngase en contacto conmigo. Con mucho gusto le atenderé durante su estancia. Será un placer para mí. Un fuerte abrazo.

    • Darin · 23/11/2020 Responder

      Estimado Joan. Usted ha escogiso el momento indicado para leer filosofía, ya con una vida hecha y vivida y con mucha experiencia que hará sus estudios más interesantes y provechosos. Me alegro que le hayan gustado mis vídeos. Estuve el año pasado recorriendo España en el mes de julio. Ojalá pueda volver pronto, y en tal caso le contactaré. Un abrazo desde México.

      • Joan Viñeta · 24/11/2020 Responder

        ¡Le esperaré!…, pero no tarde mucho que yo ya tengo una edad. ¿¡Ah!? He dicho «yo» y aún no lo tengo constituido del todo. Estoy batallando en completar la síntesis entre cuerpo y alma, finitud e infinitud, posiblidad y necesidad, y, tiempo y eternidad. Kierkegaardianamente hablando. Un abrazo desde Barcelona.

  4. Miguel korenko · 23/11/2020 Responder

    Estimado Darín Mcnabb
    Como siempre muy esclarecedores tus audios.
    Tienen la particularidad de ser amenos y pedagógicos
    Un gran abrazo.
    Saludos
    Miguel

  5. Gaspar · 23/11/2020 Responder

    Muchas gracias! Muy paradójico… es bastante inmovilizante que si hay una superación de esta problemática se daría en una reformulación institucional y que, a la vez, estamos tan construidos dentro de esta institución que directamente nos resulta imposible medir las repercusiones de tal cambio. Considero tener una ideología más bien de izquierda, pero hasta qué punto mi propia ideología no es un mera ilusión de mi deseo, constituida en su totalidad por representaciones falsas: presuntas categorías naturales que son intrínsecamente capitalistas. Es difícil determinar hasta donde llega la ideología en todas estas conjeturas, pues no sabemos qué es el humano sin el capitalismo y sus instituciones.

  6. Rafa · 23/11/2020 Responder

    Apreciado Dr. Darín. Es siempre un placer encontrar en el correo la referencia de una nueva aportación suya acerca de la temática que sea. Hoy lunes recibí temprano, (en España), esta síntesis del libro de Zizek y me ha resultado especialmente interesante para reflexionar en el origen de la subjetividad. Como ya le he expresado en alguna ocasión mi interés por estos temas se ubica en los límites de la “normalidad” y la “patología” (en el terreno psicológico y psiquiátrico, pero también atravesados por la problemática de lo social). En este sentido, además de darle las gracias de nuevo por su texto esclarecedor y pedagógico, (no sólo me ha permitido el acercamiento a Zizek, también me ha facilitado algo comprender a Lacan que es siempre difícil de conectar), me permito hablarle de un autor, psicoanalista en sus orígenes, que ahondó en ese último tema que usted plantea del “psicoanálisis de la sociedad”. Se trata de Elliott Jaques. Él propuso el concepto de Los Sistemas Sociales como defensa de las Ansiedades Inconscientes, y en un libro de ese mismo título, (escrito en colaboración), desarrolla la idea. En todo momento me parecía con su análisis del libro de Zizek que entendía mejor todas estas cosas.
    Gracias de nuevo y Saludos desde Granada.

    • Darin · 23/11/2020 Responder

      Hola Rafa. Gracias por recomendarme ese autor, lo desconocía. Lo buscaré. Saludos desde México!

  7. Carlos · 23/11/2020 Responder

    Como alcanza a verse, el asunto no es de fácil abordaje. La política y, mucho más la ideología, son eminentemente abstractas incluso sin parecerlo; como si se tratara de consuetudinarias decisiones de pan comido. El voto debería ser catalogado como un bien de uso estratégico mundial. En realidad un voto es una decisión estratégica pues mueve la mayor empresa nacional, e internacional, por excelencia: el Estado y su Gobierno; es decir cómo se va a mover la economía; en síntesis qué vamos a comer mañana todos, absolutamente todos. Claro la función de la ideología precisamente es esa: hacer pasar todo eso como el simple depósito de un voto. Y siempre es así: nunca será más que eso. La clave está en la carga de sentido de que vaya impregnado el voto que, como en el fetichismo de El Capital, no aparece por ninguna parte. De esa manera todos los votos son cínicos. ¿Quién pretende cargar con el suficiente sentido su voto? ¿Dónde el buen Dios que lo haga?
    Siempre habrá una carga ideológica de por medio: el fetichismo es insalvable, es consubstancial al acto de votar: es inmanente a la producción capitalista donde el voto ineluctablemente se convierte en una mercancía y objeto de intercambio.
    Pero el voto también se pudre en los regímenes socialistas pues sus partidos políticos hegemónicos siempre pondrán los énfasis de tal manera que las gentes nunca sepan de qué se trata, aunque podría ser diferente.
    El ingreso de las fake news podría poner nuevos énfasis en estos asuntos. Al dársele libre curso a las mentiras, éstas por primera vez se expondrán desembozadamente en el mercado. Si algún mérito tiene Trump es que de manera histriónica ha desnudado que las rapacidades venían ocultas en cada votación: le ha bajado los pantalones a algo que antes pasaba desapercibido. Por ejemplo, los supremacistas blancos habían venido subvirtiendo el Estado y matando negros con su aparato policial tipo Ku Klux Klan, sin que se diera cuenta el resto. Ahora, cuando sus votantes han dado un paso al frente con Trump toda aquella madeja de sutilezas ha pelado el cobre.
    Claro, todavía falta mucho por pelar.

    • Darin · 23/11/2020 Responder

      Hola Carlos. Estoy de acuerdo, el mismo emperador (Trump) es él que ha dicho que el emperador está desnudo!

  8. Joan · 23/11/2020 Responder

    Hola Darín,

    Como siempre tu clase ha sido muy enriquecedora, estimulante y provechosa. Gracias de nuevo. Adelante !!!!

    Al final de tu video ara retar al orden simbólico hablas de establecer nuevas coordenadas para experimentar la realidad social para enfrentar a un grupo con aquello que le reprime o excluye y que esto es un proceso bastante difícil porque significa cuestionar y desmantelar la identidad de uno y afirmas que debe ser a nivel individual, pero que a nivel social se nos escapa como se debe dar el cambio.

    Quizás el mecanismo se basa en alumbrar una ideología que pueda albergar al menos, en parte, todas las existentes, de manera que todos, independientemente de su ideología inicial, puedan participar de ella al reunir y albergar en la misma sentimientos, emociones, fantasías y racionalidades expresadas y compartidas. En definitiva, crear un espacio y un tiempo que propician el romper barreras y generen encuentros y transformaciones. Como ocurre cuando jugamos.

    En este sentido, como comentas, creo que es preciso empezar por uno mismo hasta ser capaces de descubrir en el otro aquello que de nosotros hay en él y, viceversa, pues el otro también sería capaz de encontrar en nosotros aquello que de él albergamos, y, al final, no quedaría, entonces, otra opción que reconocer que nuestra identidad, no sólo nos hace únicos y distintos, sino que, al mismo tiempo, nos iguala y nos une. Es decir, tendríamos que toda la realidad sería diversa y distinta, pero, al mismo tiempo, existiría una relación ontológica que lo igualaría todo.

    Ya no existiría el gran Otro, ni el deseo de que él nos goce, ni la amenaza de que otro nos frustre este goce, pues, en definitiva, seríamos capaces de disfrutar de una realdad verdadera que no sería producto ni de nuestro deseo ni de nuestra necesidad, sino que tan solo sería fruto del mismo goce que supone su existencia.

    Saludos,
    Joan

  9. Carlos · 23/11/2020 Responder

    Me ha llamado la atención esta frase: “Una vez leí que los católicos no tienen un inconsciente porque la relación entre el individuo y lo divino está mediado por los sacramentos”. Parece que el acto de votar dejara de ser semiótico, como si dejara de ser lo que se entresaca de la multitud de representaciones sociales, del inconsciente colectivo.
    Esto podría ser una cantera de nuevas propuestas, es decir, qué otras opciones de representación de la voluntad puede decantar la sociedad además del voto; algo que le agregara otros niveles de competencia.
    Podrían diseñarse experimentos de funcionamiento social. Por ejemplo: ya Biden empezó a escoger su equipo de gobierno dentro de la vieja guardia demócrata, ¿quién podría tener un ápice de esperanza de que harán algo distinto a la era de Obama y significarán un avance? Otra cosa sería que se eligiera un gobierno en la sombra como opción del voto que, siendo demócrata se mostró alternativo. El sistema de las encuestas también podría ser un ensayo hacia un voto móvil, más allá de lo que ocurra en las cámaras.
    Entonces el asunto del voto es que también es ladrón: subsume las decisiones comunitarias en la voluntad de una sola persona que ni siquiera se piensa que es interceptada por los otros estamentos de la política, como las cámaras y las Cortes.
    Claro todo esto significa un conflicto con la necesaria fluidez de las decisiones.

  10. Carlos · 23/11/2020 Responder

    Afortunadamente Trump perdió. Y, ¿entonces? ¿Todo solucionado? ¡Nada!
    El voto sigue siendo enajenado. Entonces esto de las supuestas victorias también debe ser cuestionado. En todo esto no se ha discutido que para participar se necesita estar financiado.
    Entonces también se trata de una máquina. No todo sería subjetividad en este asunto, eso sería una equivocación letal.

  11. ANONIMO_SPAIN · 23/11/2020 Responder

    Gracias, Maestro.

  12. luis · 24/11/2020 Responder

    estimado darin,
    gracias a ti por tus videos
    yo tengo algun consejo que tal vez sean utiles a ti para tus videos…
    aparte, yo vi tu video acerca de argumentos a favor del ateismo
    primero yo debo decir que soy ateo, tampoco agnostico…
    yo tengo alguna informacion respecto al tema filosofia vs religion, ateismo vs religion, ciencia vs religion…
    solo para causar tu interes: yo he encontrado al creador de todo, y eso no es dios…
    yo gustaria debatir esta informacion contigo
    yo se que tu eres profesor tambien y que tu estas ocupado
    si eso es aceptable para ti, yo gustaria mucho un intercambio escrito contigo de razones, en correo, SIN TIEMPOS de respuesta
    si esto no es posible, yo quisiera que tu recibieras unos escritos y que tu retroalimentes me con tus acertados comentarios
    yo espero tu respuesta
    deseo tu bienestar
    luis

    • Darin · 24/11/2020 Responder

      Hola Luis. Gracias por la invitación a dialogar contigo sobre tus ideas, pero me llegan muchas solicitudes de ese tipo. La verdad no tengo tiempo para atender todos. Espero me entiendas, y gracias nuevamente.

  13. Antonio Gonzalez · 26/11/2020 Responder

    Antes que nada muchisimas gracias por tu analisis!

    Estoy impresionado por el hecho de que la ideologia funciona en la accion de la persona y no, por ejemplo, en su pensamiento espontaneo (spontaneous thinking). Quien fue este nazional-socialista que promovia que <>? J. Goebbels, Ministro de Propaganda. Pues pienso que veo eso en mi procesamiento mental, en mi pareja, amigos, etc., e incluso pasa, como bien se describe en psicologia, el hecho de que una pareja o buenos amigos piensa lo mismo al mismo tiempo.
    Al mismo tiempo veo eso en todos los sitios web que visito. Proyectan en nosotros “x” cosa tantas veces que, y ahora de una manera mas eficaz ya que las cookies crean un perfil de lo que consumimos, que en dicho momento “x” viene por el flujo del pensmaiento espontaneo. Yo soy capaz de darme cuenta de esto, pero que pasa con el resto de personas que no tienen ese proceso de introspeccion? Ahi se encuentra mi sorpresa con respecto a la perspectiva de Zizek. De hecho me estoy leyendo el libro El Sublime Objeto de la Ideologia gracias a ti y a Fernando Castro Florez, Profesor de Estetica de Madrid, Spain.
    Yo tengo un BFA y ahora estoy muy, muy interesado en Sociologia y Criminologia. Posiblemente vaya a hacer un transfer y estudiar seriamente esto y hacerlo mi carrera a mi manera. Foucault me influyo mucho con vigilar y castigar. Debo mencionar aqui que acabo de recordar la palabra “suplicio”, la cual connota un castigo psicologico y no meramente fisico. Se puede entender como brindar (suplir) una carencia de lo que es una correcta conducta para el cuerpo y la mente. Tambien mencionar mi profundo interes por lo que Foucault escribe sobre <>, que me recuerda a los conceptos economicos de Comunismo = redistribucion de la pobreza y Capitalismo = redistribucion de la riqueza. Me quede pensando, es esto una economia de las emociones? Como la idea de <> y la comercializazion de ello.
    Volviendo a lo de antes porque me voy por las ramas. Esto me recuerda a Deleuze y Guattari! El Deseo Colectivo. Yo creo que fue brillante.

    Gracias de nuevo por tu trabajo! Happy Thanksgiving!

  14. Antonio Gonzalez · 27/11/2020 Responder

    Antes que nada muchisimas gracias por tu analisis!

    Estoy impresionado por el hecho de que la ideologia funciona en la accion de la persona y no, por ejemplo, en su pensamiento espontaneo (spontaneous thinking). Quien fue este nazional-socialista que promovia que <>? J. Goebbels, Ministro de Propaganda. Pues pienso que veo eso en mi procesamiento mental, en mi pareja, amigos, etc., e incluso pasa, como bien se describe en psicologia, el hecho de que una pareja o buenos amigos piensa lo mismo al mismo tiempo.
    Al mismo tiempo veo eso en todos los sitios web que visito. Proyectan en nosotros “x” cosa tantas veces que, y ahora de una manera mas eficaz ya que las cookies crean un perfil de lo que consumimos, que en dicho momento “x” viene por el flujo del pensmaiento espontaneo. Yo soy capaz de darme cuenta de esto, pero que pasa con el resto de personas que no tienen ese proceso de introspeccion? Ahi se encuentra mi sorpresa con respecto a la perspectiva de Zizek. De hecho me estoy leyendo el libro El Sublime Objeto de la Ideologia gracias a ti y a Fernando Castro Florez, Profesor de Estetica de Madrid, Spain.
    Yo tengo un BFA y ahora estoy muy, muy interesado en Sociologia y Criminologia. Posiblemente vaya a hacer un transfer y estudiar seriamente esto y hacerlo mi carrera a mi manera. Foucault me influyo mucho con vigilar y castigar. Debo mencionar aqui que acabo de recordar la palabra “suplicio”, la cual connota un castigo psicologico y no meramente fisico. Se puede entender como brindar (suplir) una carencia de lo que es una correcta conducta para el cuerpo y la mente. Tambien mencionar mi profundo interes por lo que Foucault escribe sobre <>, que me recuerda a los conceptos economicos de Comunismo = redistribucion de la pobreza y Capitalismo = redistribucion de la riqueza. Me quede pensando, es esto una economia de las emociones? Como la idea de <> y la comercializazion de ello.
    Volviendo a lo de antes porque me voy por las ramas. Esto me recuerda a Deleuze y Guattari! El Deseo Colectivo. Yo creo que fue brillante.

    • Darin · 27/11/2020 Responder

      Una lluvia de ideas y autores! Me alegro que estos vídeos sobre Zizek le hayan llamado la atención. Suerte con tus lecturas e investigaciones!

  15. Mario · 28/11/2020 Responder

    Hola Darin, en primer lugar quería saludarte. Es un gusto para mi ver que sigues promoviendo el pensamiento crítico desde la Fonda como lo vienes haciendo desde hace tantos años.Te felicito por eso

    Pero te escribo porque quiero pedirte que consideres la posibilidad de abordar en algún momento el tema de la creciente manipulación de las personas que está posibilitando la comunicación digital. Se está aplicando masivamente la tecnología de la “inteligencia artificial” a la gigantesca montaña de datos personales (nuestros datos Darin!) que se están acumulando en los servers de Facebook, Google, Amazon, Twitter y las grandes. A su vez, empresas como “Cambridge Analytica” (tristemente famosa por haber trabajado para la 1ra elección de Trump, vendiéndole los datos que utilizó para manipular los votos de los indecisos a través de las redes y a través de los cuales ganó en 2016) utilizan ilegalmente esos datos apropiándose de ellos (y de las gigantesca ganancias que obtienen de su venta a privados y a gobiernos!) como si esos datos fueran activos de su propiedad y no NUESTROS DATOS ¿se entiende?
    Con la inmensa cantidad de datos (conocida como BIG DATA) que la mitad de la humanidad viene acumulando de manera exponencial en las redes, ya es posible, utilizando la Inteligencia Artificial (software de alta complejidad), construir UN PERFIL DE CADA UNO DE LOS USUARIOS de las redes. Repito: es posible construir un perfil de cada uno de nosotros. Esos perfiles -que se procesan y venden a cifras multimillonarias a empresas comerciales, partidos políticos o gobiernos- permiten hacer campañas hiper-focalizadas que van desde hacerte comprar una pasta dentífrica a redirigir tu voto a un candidato determinado (¡Zizek parece un bebé de pecho frente a estas realidades monstruosas!). Recordar que Cambridge Analytica volcó la elección a favor de Trump en 2016.

    La perspectiva es aterradora y deberíamos oponernos de alguna forma

    Por lo pronto recomiendo ver el documental “El dilema de las redes” de NETFLIX, donde ex funcionarios de las principales empresas de redes sociales denuncian de manera explícita lo que está pasando. Posiblemente ya esté construido un perfil de Darin McNabb que permita “predecir” qué hará esta persona frente a un estímulo determinado cualquiera, sea un estímulo intelectual, comercial, o político. La perfección de tu “doble” digital, Darin, tendría que ir en aumento a medida en que sigas interactuando en las redes y los algoritmos conviertan cada una de tus micro-decisiones (un “me gusta” p.e.) en características atribuibles a tu personalidad y, luego del procesamiento de la AI (inteligencia artificial), en predicciones sobre cualquier comportamiento de tu persona o sugerencias para torcer tus decisiones, consciente o inconscientemente

    La perspectiva es aterradora. No podemos asistir impávidos al surgimiento del Big Brother que anticipó la literatura. Todos tenemos que hacer algo Darin. Y nuestra única esperanza frente a la manipulación masiva que se avecina es la toma de conciencia y el ejercicio pleno de la LIBERTAD HUMANA, aquella que no es reducible a ningún algoritmo, aquella que amamos tanto y con la que tanto nos conmovimos juntos en los maravillosos videos de la querida Fonda. La Filosofía es -quizás- la última barrera con la que podamos detener el tsunami de la manipulación masiva

    No dejes de tratar este tema, Darin. Te mando un fuerte abrazo

    LIBROS POSIBLES DE LEER:

    Cathy ONeil – Armas de destrucción matemática
    Byung Chul Han – En el enjambre
    Evgeny Morozov – El lado oscuro de la libertad de internet

    conduciendo al surgimiento real de aquel Big Brother de la literatura

    • Darin · 01/12/2020 Responder

      Hola Mario. Es un tema bastante preocupante el que discutes en tu comentario. Conozco el texto de Han y de Morozov. Otro que me ayuda mucho entender este tema es Jaron Lanier. A ver si puedo armar algo al respecto. Gracias y un abrazo 🙂

      • Mario · 02/12/2020 Responder

        Hola Darin. Voy a leer a Jaron Lanier para entender más. Igual creo que el papel de la Filosofía y el pensamiento crítico -como bien aprendí en la Fonda- son claves para enfrentar el peligro de la manipulación masiva. Te mando un fuerte abrazo y sigo atento a tus iniciativas

        Abrazo!

  16. Ricardo · 11/12/2020 Responder

    Schopenhauer dice que el arte es una forma de conocimiento del mundo. Parece más sencillo y claro que la estética de Dewey. De todos modos tu explicación es excelente!!

    • Darin · 12/12/2020 Responder

      Hola RTicardo. Gracias por tu comentario. Para Schopenhauer el arte es una forma de lidiar con el sinsentido del mundo. En Dewey no es así, aunque sí hay paralelismos.

  17. Raúl Fernández Avello · 16/08/2021 Responder

    Excelente lectura !!!

  18. josep m ricou · 09/08/2022 Responder

    Abre otros mundos para mi estos Filosofos nuevos
    Lacan, Pierce , Zizek que no he estudiado
    Muchísimas Gracias Profesor

  19. Alminar · 22/02/2023 Responder

    Otro rasgo de la teoría crítica de Adorno. El chivo expiatorio. Zizek parece otro freudo-marxista con la variación de que él no emplea a Freud, sino a Lacan.

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