Rousseau: de la esclavitud a la libertad, pt. 4/5

Vamos a revisar el pensamiento político de Jean-Jacques Rousseau: su análisis de la decadencia del presente, su causa en un proceso de socialización en el pasado, y su planteamiento para corregir el problema en el futuro.

Guión

Como hemos visto hasta ahora, no se puede entender la decadencia del presente sin entender las fuerzas histórico-sociales que nos han moldeado.  Seguimos en el Discurso sobre el origen de la desigualdad y terminamos en el último vídeo con su análisis de la desigualdad espiritual o moral, las divisiones que establecen jerarquías socio-culturales entre las personas.  Entonces, hemos visto el desarrollo de la sociedad pero aún no el del Estado político y las leyes que lo rigen.  En Hobbes y Locke, el Estado se crea mediante un consenso del pueblo para establecer las reglas del juego, para evitar la guerra civil o, en el caso de Locke, para asegurar el goce de nuestros derechos.  Para Rousseau, el Estado se crea no por consenso sino por una imposición de los ricos fuertes sobre la mayoría.

Yo compré un terreno de un señor que es dueño de muchísimas hectáreas, tierras que él heredó de su papá, y su papá a su vez de su papá, etc.  Cuando lo compré me preguntaba cómo sus antecesores habían llegado a tener toda esa tierra.  ¿Simplemente la cercaron?  ¿Qué derecho tenían a ella, qué autorización?  Dice Rousseau, “¿Ignoran por ventura que una multitud de sus hermanos perecen o sufren faltos de lo que a ustedes sobra, y que les era preciso un consentimiento expreso y unánime del género humano para que pudieran apropiarse de ello?”  Obviamente, es una pregunta retórica.  Lo que les interesaba a esos grandes terratenientes era asegurar sus bienes.  Lo podían hacer con fuerza, con hombres armados, pero se les ocurrió otra manera mucho más eficaz.  Dice Rousseau, “ . . . El rico, constreñido por la necesidad, concibió al fin el proyecto más arduo que haya jamás realizado el espíritu humano: el de emplear en su favor las mismas fuerzas de los que lo atacaban, de hacer sus adversarios sus defensores.”  ¿Qué hizo?  Gritó: “Unámonos para garantizar contra la opresión a los débiles, contener los ambiciosos y asegurar a cada uno la posesión de lo que le pertenece.”

Sin duda han oído hablar del TLC, el Tratado de Libre Comercio.  Es un ejemplo contemporáneo de lo que describe Rousseau.  Estos tres hombre gritaron: “¡Unámonos para el libre comercio!”  ¿Pues quien podría estar en contra de la libertad?  Como dice Rousseau: “Todos corrieron al encuentro con sus cadenas, creyendo asegurar su libertad, porque aun teniendo bastante razón para sentir las ventajas de un régimen político, no poseían la experiencia suficiente para prever sus peligros.”  Ya tenemos más experiencia hoy en día, tanto de los nefasto efectos del TLC para el mexicano (pro)medio como de un sistema económico liderado por los EU y el Fondo Monetario Internacional que promete desarrollo y prosperidad pero en mayor parte sólo endeuda y esclaviza a pueblos pobres.

Hace una semana el pueblo mexicano eligió a un nuevo presidente: Enrique Peña Nieto.  A mi juicio, hubo muchas irregularidades en el conteo de los votos, pero el fraude de verdad reside en dos ámbitos distintos.  El primero fue el pago millonario del PRI a Televisa, el conglomerado de medios más grande de América Latina, para favorecer a su candidato en sus reportajes.  Si no es un fraude esto al menos es ilegal, pero la verdad no me sorprende.  Más que las noticias o la verdad, lo que le interesa a Televisa es la ganancia y así se vendió al mejor postor.  Como vimos con Chomsky en otro vídeo, en una democracia los medios deberían informar al público, pero el hecho de que Televisa no lo hizo, y no lo hace, no me sorprende.  El otro fraude, y el que más me preocupa, es la compra de votos.  Obviamente el PRI es culpable, pero también los millones de mexicanos que, a cambio de unas migajas, vendieron su dignidad y el futuro del país.

Dice Rousseau que “los vicios que hacen necesarias las instituciones sociales son los mismos que hacen inevitable el abuso.”  Vemos esta primera parte muy claramente en Hobbes y Locke – los vicios de la gente en el Estado de Naturaleza llevan a la guerra o a la violación de derechos.  Por eso hacen falta las instituciones sociales y políticas para frenarlos.  Pero en Rousseau vemos la segunda parte.  Los mismos vicios son lo que hacen inevitable el abuso de estas instituciones, como el PRI ha demostrado muy claramente.  Pero el PRI no es el único vicioso aquí sino todos los mexicanos que vendieron su voto.  Sin duda, algún porcentaje de la gente votó por razones puramente ideológicas, pero muchos vendieron su voto, tanto los pobres que lo vendieron por unas migajas (100 pesos o una pequeña despensa) como gente de clase media y media alta.  Estos últimos no vendieron su voto por dinero sino para asegurar el trabajo que ya tienen en un gobierno priista, por ejemplo.

En este caso, lo que los pobres y la gente más solvente tienen en común es actuar de forma egoísta, pensando en su propio bien en vez del bien común.  En esto radica el problema para Rousseau, un problema engendrado por la instrumentalización racional de la vida social.  ¿Qué quiero decir con eso?  Pues inicialmente los lazos sociales se formaban con hábitos de sentimiento pero poco a poco llegaron a corromperse por la razón, que se fija sólo en cálculos de interés privado.  La razón, por así decirlo, individualiza.  Este análisis de los efectos negativos de la razón es lo que distingue Rousseau de Hobbes y Locke.  Estos últimos visualizaban una sociedad liberal burguesa basada en individuos actuando de forma egoísta.  Esto es lo que conduciría al bien común, al menos al mejor que se podría esperar.  Pero para Rousseau eso conduce sólo a una estabilidad mediocre, un escenario que en estos dos discursos Rousseau ha diagnosticado como decadente.  Ya no existe un compromiso por el grupo, el sentido de pertenecer a una comunidad, sino sólo un auto-interes fragmentado y calculador que coarta posibilidades más nobles.

Ya estamos muy acostumbrados al individualismo de las sociedades modernas y lo asociamos con la retórica de libertad e igualdad pero para Rousseau es realmente una condición de esclavitud.  En el Estado de Naturaleza éramos independientes y auto-suficientes pero en la sociedad civil somos física y espiritualmente dependientes.  Lo que nos rodea es un sistema artificial, relaciones arbitrarias de fuerza entre las cuales buscamos algún nicho en el que podemos defendernos.  El campesino y el funcionario que vendieron sus votos son tal como la teoría de la elección racional describe a los humanos, buscando aumentar su utilidad relativa en un complejo sistema de relaciones arbitrarias.

Lo curioso del análisis de Rousseau es que este sistema artificial en que nos encontramos no es el resultado de hacer un contrato social.  En Hobbes tenemos caos y violencia en el Estado de Naturaleza, luego el contrato social, y como consecuencia de ello paz y estabilidad.  Para Rousseau es al revés.  El buen salvaje, inicialmente, es una criatura tranquila y pacífica sin el deseo de dominar a los demás.  El deseo de dominar no es natural sino adquirido.  Vimos que se adquiere y se desarrolla a partir de la institución de la propiedad privada.  Recuerda que dice que el primero que cercó un terreno y dijo “Esto me pertenece” fue el verdadero fundador de la sociedad civil.  La manía por la adquisición de bienes define ahora nuestro ser.  A diferencia de los antiguos, que sólo hablaban de la virtud, nosotros hablamos de comercio y dinero.

La noción de propiedad no figura mucho en el pensamiento de Hobbes, pero en el de Locke sí.  Para él, es el derecho fundamental y la dinámica de su adquisición en el mercado es el timón básico de la sociedad.  Es, para Locke, la solución al problema político, pero para Rousseau es la fuente de la miseria de la mayoría.  Pregunta cómo es que los hombres consintieron a grandes desigualdades de propiedad.  La respuesta es que no hubo ningún consentimiento, ningún consenso.  Es por eso que la decadencia y desigualdad del presente no es resultado de un contrato social, ya que ningún pobre en su libre juicio consentiría a un sistema que le perjudica.  Más bien el sistema actual ha de haber sido impuesto por fuerza o por engaño.  El derecho a la propiedad para Rousseau no es un derecho natural sino producto de una larga serie de actos de violencia, de imposición.  De modo que, la sociedad civil actual no es legítima porque no está basada en un consenso libre.  Comparemos Hobbes, Locke y Rousseau.  En Hobbes y Locke hay problemas en el Estado de Naturaleza que requieren de un contrato social para resolverlos y luego un Estado Civil pacífico y ordenado.  En Rousseau hay un Estado de Naturaleza pacífico, luego un largo proceso de socialización, le generación de vicios, la imposición de leyes para asegurar la propiedad de los ricos, todo lo cual da lugar a nuestro presente desigual y decadente.

Es importante saber que Rousseau no está en contra de la propiedad como tal, o sea, no va a un comunismo extremo pero tampoco al otro extremo que tenemos hoy en día de capitalismo e individualismo salvajes.  Lo que critica es la total emancipación del deseo a adquirir todo lo que sea.  La ciencia económica está basada de hecho sobre esta idea y el papel del gobierno para Rousseau es frenar sus excesos para que no haya tanta desigualdad.  Obviamente los humanos tienen necesidades, tienen que transformar la materia prima de la naturaleza para satisfacerlas.  Pero a diferencia de los animales, el humano es muy hábil para crear nuevos deseos que a su vez se convierten en necesidades.  Para todo lo que el hombre pudiera llegar a querer, simplemente no hay suficiente.  Si los 7.000.000.000 de habitantes en la tierra vivieran como los estadounidenses, harían falta 5 tierras para abastecer de ese tsunami de deseos y necesidades.  El hecho de que tenemos una sola tierra significa que hay escasez de recursos, pero para Rousseau, esa escasez es el resultado de una extrema ampliación del deseo.  Siempre oímos que la economía tiene que expandirse, ¿pero hasta donde?  Parecería que la economía, que debería servir a la vida, se convierte en una especie de dios y todos nosotros sus servidores.  Es decir, política se ha convertido en economía.  Las cualidades que definen la esfera económica llegan a definir la vida humana y la mejor forma de vivirla.

Vemos esta transformación precisamente en las elecciones aquí en México.  Cien pesitos valen más que la libertad y dignidad de uno.  ¡Qué patético estado de cosas!  El hombre es, sin duda, un esclavo, pero el despotismo que le esclaviza no es simplemente el de un partido político sino de todo un sistema cultural.  La solución no es enmendar la constitución o que llegue cierto partido al poder sino un profundo cambio cultural, una reeducación moral severa.  El contrato social que los mexicanos volvieron a ratificar este pasado primero de julio es una burla, bueno, al menos Rousseau opinaría eso.  Elaborar un contrato social de verdad implica una ciudadanía capaz de exigirlo y llevarlo a cabo.  Lo que hace falta para efectuar esa transformación en la ciudadanía será el tema del siguiente y último vídeo en esta serie.

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11 Comments

  1. laura perez · 18/04/2013 Responder

    Buena tarde:
    Me gustaria me enviaras tu analisis sobre el contrato social segun Rousseau, toda vez que en la capsula invocas mas a locke.
    Muchas gracias, saludos cordiales

    Laaura

  2. CECILIA URQUIJO · 21/01/2014 Responder

    ME ENCANTA LA FONDA FILOSÓFICA, HE APRENDIDO MUCHO DE USTED, ME GRADUÉ COMO FILOSOFA, PERO ME FALTA MUCHO POR APRENDER, LE AGRADE-SERIA, ME ENVIARA TODO LO QUE PUBLICA MIL GRACIAS! LE MANDO UN CORDIAL SALUDO!

    • Darin · 21/01/2014 Responder

      Gracias Cecilia! Yo también gradué como filósofo pero a mis 47 años sigo aprendiendo mucho. Suerte y un abrazo!

  3. DANIEL RIVEROS · 27/06/2017 Responder

    Admiro los vídeos que realiza, es increíble la capacidad de síntesis y la claridad conceptual con la que describe la obras de estos grandes pensadores. Debido a esto, he instado a mis alumnos de la cátedra de derecho constitucional e instituciones políticas que vean sus vídeos.

    Por otro lado, me gustaría saber si ha pensado realizar algún vídeo sobre Marxs o Habbermas? Dado que, quiero profundizar en estos autores y al ser estos no fácil lectura, seria un privilegio tener una explicación de estos de su parte.

    Saludos desde Colombia

    • Darin · 28/06/2017 Responder

      Hola Daniel. Me alegro que te hayan gustado mis vídeos. Ya tengo un par de vídeo sobre Marx. Búscalos en la categoría de “filosofía política”.

  4. Fco. Manuel Espinosa · 15/10/2018 Responder

    .
    Tal vez, nungún “contrato social” sea posible en macrosociedades habitantes de macropaíses como puede ser el caso de México. Recordemos que la República ideal de Platón se desarrollaba en una ciudad-estado de menos de 5.000 habitantes. Los países más avanzados socialmente, son a la vez, muy pequeños: Islandia, Dinamarca, Nueva Zelanda, Noruega…

    Muchas gracias de nuevo por su generosidad, maestro Darin.

    Un saludo desde España.

    (Ojo, profesor: hay una errata en el rótulo que abre el vídeo. Se lee: “De la ESCALVITUD a la libertad”. ¿Es la escalvitud la falta de libertad de los calvos?)

    🙂

  5. Claudio · 22/12/2018 Responder

    Buenas! Saludos desde Londres…
    Sigo con gran interés y estima sus cursos, que me sirven para completar y mejor entender los manuales de historia de la filosofía que estudio.

    No soy mexicano, pero me interesa mucho (ya que en éste vídeo habla del Peña Nieto y el PRI) que opina de las perspectivas y objetivos, así como el talante, del nuevo presidente López Obrador??

  6. Claudio · 22/12/2018 Responder

    Buenas! Saludos desde Londres…
    Sigo con gran interés y estima sus cursos, que me sirven para completar y mejor entender los manuales de historia de la filosofía que estudio.

    No soy mexicano, pero me interesa mucho (ya que en éste vídeo habla del Peña Nieto y el PRI) que opina de las perspectivas y objetivos, así como el talante, del nuevo presidente López Obrador??

    Saludos,
    Claudio

    • Darin · 23/12/2018 Responder

      Hola Claudio. Gracias por tu mensaje. Que bien que te hayan gustado mis vídeos. Pues yo voté por AMLO, es muy necesario acabar en la medida posible con la corrupción. Pero su populismo puede llegar a extremos que hay que cuidar. Hay que ver sobre la marcha. Saludos desde México!

  7. Mario · 06/12/2019 Responder

    Vengo del futuro Darin (del año 2019 para ser preciso) y me encuentro con esta esta vieja serie, lamentablemente politizada y sin vuelo. Quizás más adelante puedas abordar en profundidad el caso Voltaire-Rousseau. Aquel magnífico duelo entre las luces de la Razón francesa y el apasionamiento germano del Sturm und Drang, que tan bien describiera el escritor (¿marxista?) Arnold Hauser en su célebre “Historia social de la literatura y el arte”. Y antes de volverme al presente, te mando desde aquí un fuerte abrazo

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