La filosofía budista, pt. 5/6

Emprendemos un recorrido del Noble Camino Óctuple, tocando en este vídeo los primeros dos consejos que da el Buda para alcanzar el nirvana.

Guión

 Hoy pasamos a la última noble verdad en la que vamos a recorrer lo que el Buda llama el Noble Camino Óctuple. Pero antes de emprender este viaje, quisiera hacer una pregunta sencilla pero a la vez profunda. ¿Quién es esa persona que va a recorrer el camino? Hemos hablado mucho de la impermanencia de las cosas, incluso de nosotros mismos, y de la doctrina corolaria del Buda de “anatman”, el no-yo. Si el yo no existe, entonces ¿qué es lo que recorre ese camino? Bueno, ya hemos visto que el yo al que el Buda se refiere es un yo permanente, esencial y eterno, parecido al alma en el cristianismo. Si no hay un yo en ese sentido extremo, eso no implica el otro extremo donde el yo sea una mera miscelánea caótica de impresiones sin estructura o forma alguna. En todo, el Buda enseña un camino medio. En la cuestión del yo, deberíamos buscar un punto medio entre estos dos extremos, un punto que creo que se puede ilustrar con un remolino. Vamos a distinguir el remolino de estos dos extremos de permanencia y miscelánea aleatoria. Si trataras de sacar el remolino del agua y ponerlo sobre la tierra, ¿permanecería? No, se disuelve en un charco de agua. En los términos del Buda, el ser del remolino no es independiente o substancial, sino que depende de condiciones en su entorno: el agua mismo, la corriente, piedras u otros objetos que le dan su forma, etc. Si esas condiciones cambian, el remolino cambia, o hasta desaparece. Por el otro extremo, el remolino no es un mero flujo aleatorio de agua indistinguible de su entorno. Es algo que tiene una forma reconocible que, aun cuando no sea permanente, perdura sobre el tiempo.
Bueno, con nuestro yo “remolínico” por así decirlo, vamos a adentrarnos en este camino óctuple. Recuerda que todo lo que hemos discutido hasta ahora sobre las cuatro nobles verdades se encuentra en el primer discurso que el Buda dio tras su iluminación. Como comentamos hace tiempo, se llama el “Discurso de la puesta en movimiento de la rueda del dharma”. En ese momento dije que más adelante hablaríamos de ese importante concepto de dharma, y pues ya ha llegado el momento. Lo vamos a tratar porque la “rueda del dharma”, una representación de la cual vemos aquí, se utiliza para ilustrar el camino óctuple. El concepto de dharma se encuentra en muchas tradiciones de oriente: el hinduismo, el budismo, el jainismo y el sijismo. Viene de una raíz que significa “mantener” o “soportar” y significa en general aquello que es establecido o firme, como la ley, muy parecido de hecho al concepto griego de “nomos”. En el contexto del budismo significa la ley cósmica o natural, o sea, el orden natural, pero más generalmente se refiere a las enseñanzas del Buda, especialmente las cuatro nobles verdades y el camino óctuple. Entonces, poner en movimiento la rueda del dharma significa hacer efectiva la cesación del sufrimiento al poner en práctica las ideas expresadas en el Noble Camino Óctuple.
El Buda utiliza la metáfora de “camino” porque un camino te lleva a alguna parte. El camino que nos enseña el Buda nos lleva a nirvana. El Noble Camino Óctuple consiste en ocho consejos que al ponerse en práctica disminuye el aferramiento que es la fuente del sufrimiento. El Buda enseñó estos consejos en cierto orden, pero ninguno tiene primacía sobre el otro, o sea, no se trata de seguirlos en orden progresivo, sino de cultivar cada uno con los demás porque en su conjunto todos se apoyan entre sí, justo como los rayos o como se llamen de la rueda. Cómo verás sobre la marcha, los consejos se organizan en tres grupos. Los primeros dos tienen que ver con nuestra comprensión de la realidad, los siguientes tres con la conducta ética o virtuosa, y los últimos tres con la concentración mental.
Bien, el primero se llama “visión o comprensión correcta”. Cuando Copérnico negó que el sol gira por la Tierra, sino que la Tierra gira por el sol, se podría decir que Copérnico estaba viendo el mundo correctamente, por lo que es, de la misma manera que el Buda, al despertarse o iluminarse, veía el mundo correctamente. Sin embargo, el Buda, al despertarse y alcanzar nirvana, no fue transportado a otro mundo distinto, al igual que Copérnico, al plantear su tesis, seguía viendo el sol transitarse en el cielo. Copérnico y el Buda se quedaban en el mismo mundo de siempre. Lo que los distinguía de los demás es que ellos veían el carácter ilusorio de lo que la mayoría toman como realidad.
Esta visión o comprensión correcta es imprescindible para la iluminación. Si vemos el mundo tal como es, veremos un mundo de impermanencia y cambio. ¿Has escuchado la frase: “No se puede entrar dos veces en el mismo río”. Lo dijo Heráclito en Grecia Antigua, más o menos al mismo tiempo que el Buda estaba dando su discurso sobre la rueda del dharma. En Occidente, las ideas de Heráclito no ganaron, sino las de Parmenides, Sócrates y Platón. A ellos no les gustaba este constante cambio. Con la razón y la abstracción crearon una esfera de cosas sólidas y eternas, como las Ideas platónicas. Pero no hace falta ser filósofo y pensar para ver algo que no está ahí. En el cielo de noche ves lo que parece ser una estrella bien dura y sólida, pero si sacas tu telescopio verás que es una inmensa galaxia. Aquí tengo una bola de acero, bastante sólida. Sin embargo, 99.99999% de su volumen es puro espacio vacío si lo vemos desde el punto de vista atómico.
La fijeza y permanencia que percibimos en el mundo es realmente ilusoria. Es una ilusión parecida a aquella de ver una película. Aunque sabemos que una película es un cuento ficticio, la percibimos como si fuera real, como este vídeo de mi que estás viendo ahora. Cómo sabes, este vídeo está compuesto de miles de cuadros, como estos, que al pasar 30 por segundo tu cerebro interpreta como un movimiento fluido. Lo que el Buda nos enseña es que al apagar el vídeo y al salir a la calle, la realidad que percibimos no se difiere de este vídeo. Está compuesta de infinidad de instantes, cada uno de los cuales es contingente y dependiente de los demás. Poder ver la realidad así puede ser inquietante pero es un paso necesario para que empecemos a romper el hábito del apego y el sufrimiento que produce.
Bueno, más adelante en el camino óctuple encontramos su segundo consejo: “la intención o actitud correcta”. El psicólogo norteamericano Abraham Maslow una vez dijo: “Si la única herramienta que tienes es un martillo, tratas todo como si fuera un clavo”. Es muy cierto eso. Nuestras actitudes e intenciones son como las herramientas; nos disponen a percibir y reaccionar al mundo de cierta forma. Las intenciones más nocivas para el Buda, las que conducen al sufrimiento, son las intenciones regidas por el deseo de poseer, por la mala voluntad, y por la violencia. Por lo tanto, aconseja la cultivación de las intenciones opuestas.
Si el deseo de poseer o el apego es la fuente del sufrimiento, entonces la actitud que deberíamos cultivar es la renuncia. No te preocupes, no está diciendo que vendas todo y que vayas a vivir como ermitaño en el bosque. Por renuncia, quiere decir la actitud o disposición de no-apego, que renunciemos el intento del ego de controlar el mundo y de moldearlo para que cumpla nuestros deseos. Sin duda, es más fácil decir esto que ponerlo en práctica. Dado que estamos hablando de actitudes o disposiciones, estamos hablando de hábitos, y todos sabemos lo difícil que es romper un hábito, especialmente uno que esté a la base de nuestra manera de vivir en el mundo. Tras mucho tiempo aferrándonos a cosas, el momento en que se presente la oportunidad de renunciar algo, la mente resiste. No quiere soltar aquello que piensa que conduce a la felicidad.
Aunque no es fácil transformar el hábito del apego, recuerda que hay 7 consejos más y comentamos que se apoyan entre sí. Por ejemplo, un paso importante para soltar el apego es tener conocimiento de cómo el apego conduce al sufrimiento. Este conocimiento o “visión correcta” como vimos en el primer consejo puede dar una motivación para cambiar nuestras actitudes. Les doy un ejemplo de mi propia vida. Soy fumador y conozco muy bien los efectos nocivos del cigarro. Sócrates decía que “la virtud es el conocimiento”, o sea, para vivir bien uno sólo necesita conocimiento. La gran mayoría de los fumadores te pueden decir que el mero conocimiento no es suficiente. De hecho, Aristóteles le criticó a Sócrates en este punto. El buen vivir requiere no sólo de teoría sino también de práctica. Para facilitar la cultivación de la autonomía y la paz interior, los Estoicos aconsejaban hacer pequeños experimentos en renunciar para ver que el mundo no termina si no posees el objeto de tu deseo. Por ejemplo, si vuelo a Argentina o España estoy muchas horas en el avión sin poder fumar, y veo que no pasa mayor cosa. Además veo a otros que han dejado de fumar y que sobrevivieron el choque inicial y que ahora viven más sanamente, de la misma manera que el Buda y muchos más han logrado cambiar sus actitudes y viven con más paz y tranquilidad. Lo que esta actitud de renuncia provoca en uno es mayor abertura al mundo, mayor sensibilidad no sólo de su complejidad y fragilidad, sino de nuevas posibilidades de experiencia.
Bueno, la cultivación de la actitud de renuncia tiene que ver más que nada con la propia vida de uno. Las dos restantes tienen que ver con nuestra relación con otros seres. Dijimos que la segunda actitud nociva es la de la mala voluntad, la animadversión que podamos guardar con otras personas. La actitud que hay que cultivar dice el Buda es algo que en el lenguaje Pali se llama “metta” que puede traducirse como compasión, benevolencia, o amabilidad. Nos resulta muy fácil tratar nuestros queridos de esta forma, pero ¿los extraños de la calle? En el supermercado donde hago mis compras, hay un señor de la tercera edad que pone mis compras en las bolsas. Es algo lento y medio olvidadizo. Le pido bolsas grandes y me da las chicas, y siempre ponen productos como jabón junto con los vegetales y cosas así. En pocas palabras, me fastidia porque tengo que andar corrigiendo lo que hace. Con mi tono de voz y mi actitud está claro que no le estoy tratando de forma amable y benévola, sino como si fuera un niño mal portado. Bueno, el Buda dice que debo tratarlo con compasión. ¿Por qué? ¿De qué manera esta forma de actuar conduce a la iluminación? Pues está claro que mi actitud negativa estresa a los dos. Si ando siempre con una actitud negativa y crítica, es como el martillo que ve todo como un clavo. Voy a generar un ambiente que responde a mi negatividad con más negatividad y eso sólo hace más grave el problema. Sin duda, ese señor puede mejorar su desempeño, pero difícilmente lo hará con mi actitud. ¿Trataría a mi abuela de esa forma? Jamás. Pero ese señor no es mi abuela; simplemente no le tengo ese afecto. No importa. No me cuesta nada tratarlo como si lo fuera, y el beneficio es palpable. Como dice el dicho bíblico: “Cosechas lo que siembras”. Si siembras mal estar con una actitud negativa, eso es lo que te va a llegar, y el sufrimiento y estrés se aumenta. En cambio, si tienes una actitud de compasión hacia la gente, la mayoría del tiempo te responderán de la misma manera.
La última intención o actitud negativa es la violencia. En el Sánscrito, ahimsa significa la no-violencia, una actitud que Mahatma Gandhi y Martin Luther King Jr. emplearon con efectos muy benéficos para la humanidad. Los próximos dos aspectos del camino óctuple tienen que ver que el hablar y el actuar correctos y ahí podemos hablar con más provecho de la cuestión de la no-violencia.

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31 Comments

  1. Adriana · 14/05/2016 Responder

    Este video fue mas corto!! La verdad es que así lo sentí. Es sábado, aquí quiere llover y pude transportarme a la fonda y sentarme cómodamente con cafecito a verlo… Pues coincido con toda esta filosofía budista.
    Pienso que todo pensamiento filosófico podría derivar en una religión… Y es que de algún modo toda filosofía tiene en esencia el mismo fin: una búsqueda constante de la verdad a través de diversos caminos del razonamiento. Pero es llevado a la practica cuando las cosas dan un giro de 180 grados. Como si un mecanismo antifilosófico entrara a escena a echarlo todo a perder… Eso de la fe, por ejemplo, a veces perjudica mas que ayudar, sobre todo cuando se espera que haga todo el trabajo.
    Particularmen también soy fumadora y he dejado hasta 10 años de hacerlo para volver a caer… Un tema significativo sin duda Jajajajaja
    En fin, espero con ansia el próximo video, gracias Darin!!!

    • Darin · 15/05/2016 Responder

      Hola Adriana. No me digas eso! ¿Lo dejaste 10 años y volviste a caer? Ya llevo una semana y media sin fumar, estoy haciendo el intento con todo y parches. Lo que me pregunto es hasta cuando tendré ganas de un cigarro o siempre habrá un poco de eso. Estoy tratando de ponerme muy budista en el intento, pensando en el apego y que no quiero verme como adicto. Hay que difícil!

      • Paulino · 18/05/2016 Responder

        Hay que reseñar un gravísimo Error:
        El Octuple Sendero, tiene un orden inamovible, pues si se varía el Orden todo se invalida. Ya lo aclaró Pantajali en su Octuple Sendero. Como eso no se ha respetado, sobre todo por los budistas, ninguno alcanzó la iluminación. Es la causa y diferencia que se dará entre el budismo y vedanta advaita, que desarrolla por tal error una cognición Atemporal(pseudoiluminacion) respecto al Taoismo que desarrolla una cognición Eterna.

        Ni se puede ni se debe meditar sin antes haber superado Yama y Niyama (recto pensar y ética: correcta integración cognitiva hemicerebral). Pero el budista enseña a meditar a los niños y a los que no alcanzaron la virtud y sabiduría; y la catástrofe queda así asegurada; pues el cerebro no puede alcanzar el grado de fusión cognitiva hemicerebral opuesta si previamente no ha madurado hasta el altísimo grado que pasa de la oposición hemicerebral cognitiva a la complementación de las dos hemicogniciones opuestas, en sabiduría. Cuando eso no ocurre no se hace sino cambiar la cognición atemporal-intelectual hemicerebral izquierda por la atemporal hemicerebral derecha, sin que se produzca la posibilidad de la síntesis de ambas; sino un espejismo de tal Síntesis cognitiva.

  2. Rodrigo · 15/05/2016 Responder

    Hola Darin, mi abuelito fue fumador por mas de 50 años, un dia se enfermo y simplemente dejo el cigarro, si nada de juramentos, o lecciones budistas. no fumo por 26 años hasta que murio hace un mes. Te digo esto porque ingreso al hospital por otra cosa y lo que lo mato fue su pulmon por tantos años como fumador. Cuidate.
    Por otra parte estoy confundido ya no logro distinguir con estos vídeos y los del hinduismo cual es la diferencia entre filosofía y teología.

    • Darin · 15/05/2016 Responder

      Hola Rodrigo. Gracias por lo que dices sobre tu abuelo. De hecho, llevo una semana y medio sin fumar. Estoy haciendo el intento! El director del instituto donde trabajo piensa que toda filosofía en su fondo descansa sobre aspectos teológicos o religiosos en la medida en que acepte algo por fe, sin cuestionar. A lo mejor tenga razón. La pregunta que haría yo sería si un sistema de pensamientos o creencias es dogmático o no. Si cuestiona sus bases, si busca razones, si nunca se contenta con una última palabra, diría que es una actitud filosófica. El Buda pide que la gente experimente con sus consejos y que no los acepte por fe ciega. Eso me gusta mucho de su planteamiento. Sin duda hay ciertos aspectos metafísicos de los que dice, pero no son dogmáticos en el sentido de que si no los aceptas eres hereje o algo así.

  3. Carolus Brigantinus Barbatus · 16/05/2016 Responder

    Hace años dediqué unos años a estudiar el budismo, como religión y como filosofía, e incluso contribuí a fundar una sociedad de estudios budistas que se llamaba Nalanda, en honor a la primera universidad budista en la India. Hace años también que abandoné esos estudios en pos de otros no menos interesantes y no menos interminables. Siento un gran “apego” hacia el conocimiento y en la variedad de incógnitas que existen a nuestra alcance para resolver, o por lo menos para entender. Todo esto viene a cuento, caro Darin, que tu síntesis del budismo me ha gustado mucho, y me confirma en que eres un gran divulgador de conceptos verdaderamente complejos. Sigue así… y repito mi pedido de hace, ya, mucho tiempo ¿Cuándo te meterás con Wittgenstein? Saludos de Brigantinus.

    • Darin · 16/05/2016 Responder

      Hola Carolus. Un apego al conocimiento, yo al igual que tú peco de eso, jaja, no me había dado cuenta. Bueno, ¡espero haya unos apegos menos nocivos que otros! Tengo un bueno amigo terapeuta y estudioso del budismo y del zen que tiene un grupo de meditación budista y me resulta llamativa su vida y práctica pero al igual que tú el conocimiento me llama y me encuentro de repente en otro camino hacia otros destinos. Voy tan lento con los vídeos. Todavía falta Spinoza, Hegel y Heidegger para que llegue a Wittgenstein! Ya no haré más promesas, sólo diré que algún día llegaré al querido Ludwig. Hasta pronto y un abrazo!

  4. Carolus Brigantinus Barbatus · 16/05/2016 Responder

    Gracias profe por tan pronta respuesta. En cuanto a que pueda degustar tus excelentes clases sobre Wittgenstein… solo espero esta vivo para ese entonces. ¡No tardes demasiado!

  5. Claudia Cirici · 17/05/2016 Responder

    Hola Darín
    Hace tiempo que oigo tus videos, mi esposo es tu fan desde hace mucho tiempo. Incluso le haz recomedado libros que yo he devorado. Como The Swerve y The Courtier and the Heretic que estoy leyendo ahorita. Tengo mucho tiempo libre ahora… Verás tentgo una enfermedad terrible y poco comprendida : Esclerosis Multiple y tengo problemas de movilidad ya casi no puedo caminar y padezco tambien de una fatiga terrible que no me deja trabajar.
    Es díficil encontrarle sentido a la vida en mi situación. También a ratos quisiera creer en dios; pero ya no puedo, soy atea desde hace muchos años y comparto tus opiniones al respecto, incluso fue la manera que crié a mis hijos. Pretendo hacerme un curriculum de filosofía para aprovechar mi tiempo.¿Qué me aconsejas? ¿Qué puedo leer? Me gustan mucho los griegos y Spinoza. Detesto los libros de autoayuda.
    Soy arqitecta y escultora y vivo en Guatemala. Mi esposo se llama Max y te ha escrito en varias ocasiones; pero yo no encontraba el momento adecuado para hacerlo y hoy por fin me decidí. Gracias por tus videos, he visto muchos de ellos y los disfruto mucho, gracias por tu ayuda de antemano.

    • Darin · 17/05/2016 Responder

      Hola Claudia. Tengo un amigo con esclerosis múltiple, sé el reto que representa en la vida de uno. Me alegro que llenes parte de tu vida con la filosofía y el mundo de las ideas (y al parecer tu esposo también). ¿Recomendaciones de lectura? Pues ya te hice dos, son muy buenos ¿no? Estoy preparando una serie sobre “La ética” de Spinoza. Eso te vendrá bien. Déjame pensar en otras recomendaciones y luego te digo sale? Un fuerte abrazo desde México!

  6. Gabriela · 17/05/2016 Responder

    Hola Darin,
    sólo te quiero decir que eres a todo dar.
    ah, yo también soy fumadora, y me he fumado casi todos tus videos más de dos veces.
    gracias.
    Gabriela.

  7. carlos · 18/05/2016 Responder

    Me he fumado la vida durante 35 años, dejar; lo he intentado 2 veces sin éxito. Las tercera fue hace 7 años, los primeros días fueron duros, los primero meses durísimos. Hoy sigue siendo una batalla ganada día a día, un plan pendiente es escribir un método (uno más entre muchos) para dejar de fumar o hacerlo con menos frecuencia. En el prólogo se podrá leer estas palabras:
    “El éxito en esta empresa empieza por pensar en dejar de fumar, el resto dejalo al tiempo”.
    Un saludos a una persona a la que admiro por su trabajo.

  8. Daniel Florez · 18/05/2016 Responder

    Hola darin. Me emociona ver en mi correo el anuncio de un nuevo vídeo y más en este tema del budismo. Gracias por los ejemplos y las ilustraciones, otorgan mucha luz a algunas ideas que son tan difíciles de entender para los occidentales, aunque veo en las ideas de ipicuro alguna relación con él buda. Gracias Darin muchos éxitos.

  9. Daniel Florez · 18/05/2016 Responder

    Hola darin. Me emociona ver en mi correo el anuncio de un nuevo vídeo y más en este tema del budismo. Gracias por los ejemplos y las ilustraciones, otorgan mucha luz a algunas ideas que son tan difíciles de entender para los occidentales, aunque veo en las ideas de ipicuro alguna relación con él buda. Gracias Darin muchos éxitos.

  10. Pepe Gonzalez · 19/05/2016 Responder

    Saludos a todos

    Siempre he tenido conflicto con la doctrina de suprimir el apego desde que conocí la filosofía budista.
    Yo tengo mucho tiempo fumando moys y pos varias razones, que entre ellas están:

    Porque tengo problemas de inapetencia
    Porque me de serenidad en mis pensamientos
    Porque lo disfruto

    El consumo de una sustancia crónicamente se asocia a una adicción
    A veces me he sentido mal por ser supuestamente un adicto a la moys
    Pero me pongo a pensar: no solo fumo moys, también realizo muchos otros rituales que buscan satisfacer algo en mi vida y no solo cosas esenciales para la misma, entonces que diferencia tiene la moys del azucar en mi vida.
    Si me quitan el azúcar por completo me voy a poner mal, eso me hace un adicto al azúcar? Si me quitan el internet por completo me voy a poner mal, eso me hace un adicto al internet?.

    Aveces solo queremos dejar de realizar una actividad para removernos esa etiqueta de “adicto”, es cierto que llevaría una vida más sana si dejara el azúcar, el internet, la moys, la pereza, la apatía, el ego, la cerveza, etc.
    Pero, no es que, lo que buscamos al dejar de ser “adictos” es una superioridad moral? Una posición relativa a la opinión de terceros? No estamos alimentando nuestro ego?

    Buen día, y gracias al profe Darin por su pasión por promover la filosofía.

    • Darin · 19/05/2016 Responder

      Hola Pepe. Yo puedo tomar una copa de vino o una cerveza y luego pueden pasar semanas o meses antes de tomar nuevamente algún alcohol. Creo que para el Buda es una cuestión de extremos, no eliminarlo completamente pero tampoco aferrarse a él. Me pregunto a menudo por qué me pasa eso con el alcohol, que lo puedo tomar y dejar sin problema, pero con el cigarro no. ¿Por qué la nicotino se me volvió adictivo? No sé. No sé si sería posible tratar el cigarro como el alcohol y sólo tomarlo de vez en cuando. No es sólo una cuestión de voluntad sino de pasar por una mala racha de abstinencia. Valdría la pena sólo si la adicción realmente te causara sufrimiento, tal como es el caso de mucha gente adicta a drogas como la heroína etc.

      • Pepe Gonzalez · 19/05/2016 Responder

        No quiero patear al perro muerto, preo, no podria ser que la razon del sufrimiento se aloja en el deseo de abandonar el apego? No se puede negar que el querer dejar de fumar provoca un sufrimiento que no existia antes de desear el abandonarlo.

        Peace and love.

        • Darin · 19/05/2016 Responder

          Tienes razón en lo que dices Pepe. Bueno, puede que al principio haya estrés por dejar el cigarro y uno sin duda sufre. Si uno puede superar esa ansiedad y estrés en los primeros meses, puede valer la pena. A veces la gente que ha dejado de fumar me dice que años después de haberlo dejado siguen con las ganas de un cigarro. Eso me preocupa!!

  11. Carolus Brigantinus Barbatus · 19/05/2016 Responder

    Hola profe, me fijé en que has dejado de fumar y estás en esa situación complicada de todos los que quieren dejar el tabaco; algunos lo logran, otros no. Obviamente si uno lo desea profundamente no fracasará… pero aquí hay una cuestión “filosófica” que quizá merece un poco más de análisis: ¿en qué medida puede ser real la afirmación de que si “se lo desea profundamente…”?
    No es una afirmación científica, ya que resulta incontrastable; si hemos dejado de fumar es que lo deseábamos profundamente, y si fracasamos es que no lo deseábamos… Tampoco, me atrevería a decirlo es decir algo sustancioso ya que equivale a afirmar que “mañana lloverá o no lloverá”, lo cual no deja de ser una tautología; y aunque éstas son importantes en lógica a la gran mayoría, donde yo estoy, las tautologías ni siquiera suscitan una sonrisa.
    Me inclino por pensar, para abreviar, que el problema es real y su resolución es puramente una cuestión de método, o de técnica, en tanto nos atenemos al sentido originario del término (método que creo proviene de ‘odos’ e indica el camino que hay que seguir para alcanzar algo). Y aquí puedo aportarte, sin ánimo de querer destacarme ni mucho menos, mi modesta experiencia personal.
    Luego de fracasar en mi intento de querer dejar de fumar luego de casi tres meses de abstenerme, sentí que estaba esclavizado y que tenía que encontrar la manera de huir con mayor probabilidad de éxito que apelar a mi voluntad (que ya había fallado una vez); así que decidí, al cabo de seis meses, y aprovechando una ola de optimismo temporal que me invadió, practicar una triple prohibición simultáneamente: ni un cigarrillo, ni nada dulce, ni nada alcohólico. En la práctica suponía imponerme seriamente esta triple prohibición y someterme a un protocolo por mi inventado que eliminaba los dulces, los postres dulces, las galletitas dulces, las copas después de la comida, e incluso la cerveza con alcohol. Todo, todo lo que me pareció razonable sin tener que indagar cuidadosamente la composición de los alimentos porque no quería convertirme en un estudioso del tema sino, solamente, prohibirme “lo más evidente”.
    Estaba dispuesto a aceptar este programa radical… hasta que me sintiera realmente seguro que no volvería fumar -esto es clave, porque de nada vale hacer planes si no estás dispuesto a cumplirlos-.
    Me dije que en casos extremos podría saltarme una de los dos prohibiciones: azúcar y alcohol. Es decir que si estaba muy deprimido o en una situación comprometida podía comerme un dulce o tomarme una copa, o incluso ambas cosas si consideraba que se justificaba el momento… pero nunca, nunca, la del tabaco.
    Y funcionó. En el año siguiente varias veces me salté una u otra o ambas prohibiciones, pero no toqué la del tabaco. Las otras prohibiciones cumplieron la función de “fusibles” en mi plan. El resultado no buscado, para mi puramente secundario, pero no menos gratificante, fue que contra lo que sucede habitualmente dejar de fumar me hizo adelgazar, con gran asombro de mis amigos que ignoraban mi programa secreto.
    Y aquí te lo dejo por si te interesa como estímulo o como idea para establecer tu propio programa de liquidación del tabaco.
    La conclusión que saco es sencilla: si uno quiere… puede encontrar el método adecuado, y al cabo de un tiempo de ensayo y error ese método te conducirá hacia donde quieres ir. Para los nobles brutos, que también los hay como podemos comprobar a diario, queda el más sencillo de todos: la fuerza de voluntad pura y dura, sin sofisticaciones intelectuales ni firuletes de lechuguino intelectual 😉 reconocer el tipo en que está uno es un buen punto de partido; se me ocurre.

    • Jorge Isaac · 13/06/2016 Responder

      No deberíamos ser tan extensos en nuestras opiniones,tanto texto a parte de ser muy agresivo a la vista , imagino que ocupa mucho espacio en la pagina. felicitaciones por los vídeos

  12. Claudio · 20/05/2016 Responder

    Hola Darin, estoy escribiendo un apoyo teórico a unos trabajos en collage que hago y expongo en este año. Comencé a ver tus videos recorriendo el camino (sin regreso) que empezó por La Cámara Lúcida de Barthes (libro que me regalaron mis hijos), todo semiótica, casi todos tus videos, llegando la otra tarde a la pregunta típica de “cual es el sentido de la vida”. Curiosamente esta respuesta no me resulto complicada de responder. Para mi la vida no tiene ningún sentido en si misma. Pero eso es lo fascinante ya que somos nosotros los que le damos el sentido. Una especie de Santo Tomas con dios dandonos el libre albedrío, pero sin dios.
    Ahora va la pregunta. Comentando con una amiga esto me dijo que me estaba acercando a Voltaire con esos comentarios. Si lo que me dijo es cierto que puedo leer? Tenes algún video de Voltaire que yo no vi?
    Gracias por todos los conocimientos que me facilitaste.
    Claudio

    • Darin · 20/05/2016 Responder

      Hola Claudio. Me alegro que te hayan gustado mis vídeos. Aún no tengo nada sobre Voltaire. ¿Quieres saber qué leer de Voltaire?

  13. Claudio · 20/05/2016 Responder

    Hola Darin, gracias por responder. Si, me gustaría saber que leer de Voltaire en especial algo sobre su “sentido de la vida”. Gracias. Muy didácticos tus vídeos.

  14. Fco. Manuel Espinosa · 06/10/2018 Responder

    .
    Maestro Darin. Gracias siempre:

    Hace 13 años que dejé de fumar. Hasta ese momento llegaba a fumarme más de 40 cigarrillos diarios. Me aterraba la idea de que dejar el tabaco fuera una cuestión de “fuerza de voluntad”, porque yo no tenía ninguna. Un día, mientras me afeitaba se produjo un click mental, una “iluminación”, y todo cambió. Vi el problema desde otro punto de vista. Me lo tomé como un combate contra el que llamé “el monstruito”, un ser imaginario que habitaba entre mis pulmones y al que llamé… Alfredo. Esta criatura disfrutaba mucho burlándose de mí. Era aficionado a llevar diferentes clases de sombreros: de mexicano, de cowboy, de torero… (Hice un dibujo de Alfredo y lo llevaba en la cartera. Tenía el aspecto de una larga zanahoria de mierda llena de ramificaciones). Alfredo se enfurecía (sus gritos me dejaban sordo) cuando no le daba su comida, y en cambio, se mostraba muy dulce cuando le obedecía, poniendo voz de osito de peluche. ¿Sabe lo que no le gustaba en absoluto? Que bebiera mucha agua cada vez que escuchaba su llamada reclamando alimento… ¡Descubrí uno de sus puntos débiles, era hidrófobo!

    Poco a poco lo fui desobedeciendo y Alfredo se fue secando. Al final parecía una momia egipcia y reclamaba su humo con una chirriante vocecita de vieja apenas audible. Ya no se ponía sombreritos para embromarme ni se reía de mí con desprecio. Murió. Su cadáver lo llevo entre los pulmones para recordarme que jamás lo alimentaré. Nunca, en ningún momento, en todos estos años he sentido necesidad de fumar un solo cigarrillo. El tabaco es ya un problema que no me incumbe.

    Un abrazo desde España con el deseo de que golpee fuerte a su particular monstruito (póngale un nombre, dótelo de vida, de cara, invente para él una personalidad, gustos, manías. Así es más fácil luchar contra él. Y recuerde que el agua es uno de sus enemigos, no le gusta nada sentir que te estás desintoxicando)

    🙂

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