La crítica de la razón pura, pt. 6/9

Terminamos la Deducción trascendental con la tercera síntesis, la del reconocimiento, en la que Kant introduce su célebre noción de la unidad trascendental de apercepción.

Guión

 Terminamos el último vídeo en medio de la Deducción trascendental donde Kant pretende justificar su tabla de conceptos, o categorías, es decir, quiere demostrar que es necesaria su aplicación a las intuiciones para producir conocimiento. Conviene recordar que la meta global de este libro es dar cuenta del conocimiento, un conocimiento que evite el escepticismo del empirismo y el dogmatismo del racionalismo. Una parte importante de esta explicación es el papel de la sensibilidad en la producción de intuiciones. Como vimos en la Estética trascendental, a través de las intuiciones estamos en un contacto directo con el objeto. La producción de intuiciones es una condición necesaria para el conocimiento, pero no suficiente. Para que esas intuiciones conduzcan al conocimiento tienen que ser pensadas y eso se hace al aplicarles los conceptos del entendimiento. Kant dice: “El entendimiento es la facultad del conocimiento. [El conocimiento] consiste en la determinada referencia de las representaciones dadas a un objeto. Objeto empero es aquello en cuyo concepto lo múltiple de una intuición dada es reunido” (§17).
Ahora, esa cuestión de reunir, juntar o sintetizar el objeto es el punto en que dejamos la discusión la vez pasada. Lo que podemos apreciar hasta ahora en el libro es que la cognición humana, a través de distintas facultades, funciona básicamente al poner orden a la experiencia, al organizarla. Lo podemos visualizarlo muy someramente de la siguiente forma. La maquinaria cognitiva es como una fábrica en la que entra por un lado materia prima, los datos sensoriales, y sale por el otro lado un producto, el conocimiento. ¿Qué proceso de fabricación tiene lugar ahí adentro?
Pues, las formas puras de la sensibilidad, el espacio y el tiempo, organizan esos datos al producir intuiciones. Eso lo vimos en la Estética trascendental. Aquí en la Deducción, Kant habla de ese trabajo de la sensibilidad en términos de síntesis, la de la aprehensión en la que los diferentes elementos de la multiplicidad son recogidos y relacionados temporalmente bajo una sola presentación o intuición. Las intuiciones son necesarias para el conocimiento, pero no suficientes; recuerda que las intuiciones sin conceptos son ciegas. Con los conceptos, las intuiciones pueden ser pensadas, pero antes que eso falta reproducir las diversas intuiciones de una cognición. El pensamiento no se da de golpe sino que transcurre sobre el tiempo. Así que, en la síntesis de la reproducción, la imaginación reproduce en el presente las fases anteriores de la secuencia del pensamiento para que razonemos no sobre pedazos aislados sino sobre una unidad.
Como final, tenemos la síntesis del reconocimiento, llevada a cabo por el entendimiento, la cual producirá conocimiento al aplicar conceptos a las intuiciones. Más concretamente, ¿de qué se trata esta última síntesis? Antes de ver qué dice Kant, debo decirles que lo que he dicho sobre las síntesis, especialmente las primeras dos, lo he tomado del texto de la primera edición del libro. La traducción de Morente que estamos utilizando es de la segunda edición, por lo que he traducido esos pasajes a partir de la traducción inglesa que tengo. Eso nunca es buena idea; siempre hay que traducir a partir del original, pero mi manejo del alemán no es lo suficiente entonces lo he traducido usando la versión inglesa.
Bueno, vamos a ver qué dice Kant sobre la síntesis del reconocimiento:

“Si no estuviéramos conscientes de que lo que estamos pensando es la misma cosa que pensamos hace un instante, toda reproducción en la serie de presentaciones sería fútil. Ya que lo que estamos pensando sería, en el estado actual, una nueva presentación, la cual no pertenecería en absoluto al acto mediante el cual se supone que sería producida poco a poco. Por lo tanto, lo múltiple de la presentación jamás constituiría una totalidad”. (A 103)

Vemos varias cosas aquí. Primero, el acto de reproducción no es suficiente. Hay que reconocer que las diferentes representaciones en nuestro razonamiento se relacionen entre sí, que hagan referencia al uno y el mismo objeto. Para ver que una representación dada y una posterior representan a un sólo objeto, hay que usar un concepto. El concepto las relaciona, conceptos como los categóricos que encontramos en su tabla (número, cualidad, modalidad) y también el propio concepto empírico del objeto, sea ‘perro’, ‘árbol’ o lo que sea.
Además, vemos que la síntesis trata no sólo del lado del objeto, es decir, de unir los elementos de lo múltiple en una totalidad, sino también del lado del sujeto. Para entender lo que quiere decir, vamos a dejar la primera edición y pasar al argumento de la deducción en la segunda edición. En la §16 elabora esta idea de estar consciente de la totalidad que presenta una intuición. Dice:

“El yo pienso tiene que poder acompañar a todas mis representaciones; pues, si no, sería representado en mi algo que no podría ser pensado, lo cual significa tanto como decir que la representación sería, o bien imposible o al menos nada para mí”.

Más adelante en la misma sección dice que si las cosas no fueran así: “tendría un yo tan abigarrado y diferente como representaciones tuviese conscientes”. Este yo abigarrado es precisamente el yo que describe Hume. Hume busca el yo por todos lados, pero por mucho que revise sus sensaciones e ideas no encuentra un yo ahí, ni arriba ni aparte de ellas. Dice: “La mente misma, lejos de ser un poder independiente, no es más que ‘un conjunto de percepciones’ sin unidad ni cualidad cohesiva”.
Si estamos hablando de un yo empírico, Kant está de acuerdo. Los estados psicológicos que aparecen en el sentido interior son variados y no manifiestan unidad. No obstante, no podemos hablar de conocimiento de objetos si las representaciones de los mismos se dirigen a diversos yoes en diversos momentos. La consciencia que representa los objetos tiene que ser unida e idéntica tras el tiempo para que el conocimiento se produzca. En la síntesis del reconocimiento suceden dos cosas: 1. Las diferentes representaciones de un razonamiento son reconocidas como refiriéndose a un mismo objeto mediante la aplicación de conceptos. Y 2. Se reconoce que este objeto representado se refiere a una sola consciencia unida. Este reconocimiento en particular Kant lo llama apercepción. La percepción tiene que ver con la sensibilidad y es pasiva. La apercepción es un acto espontáneo en el que se representa que lo múltiple de la intuición se relaciona necesariamente con el ‘yo pienso’, con una única consciencia unida. Dice Kant: “Esa representación [o sea, la apercepción] es empero un acto de la espontaneidad, es decir, que no puede ser considerada como perteneciente a la sensibilidad”.
Tengamos muy claro estas dos formas de conocernos. Por un lado podemos conocernos como el objeto de una representación en el sentido interior. Cuando digo: “Tengo hambre”, “Estoy triste” o “Quiero un coche nuevo” lo que conocemos son estados fragmentarios, puras apariencias que en su conjunto son abigarradas. En este sentido, nos conocemos de la misma forma que conocemos cualquier otro objeto que se nos aparece, de forma receptiva y pasiva. Pero hay otra forma de conocernos: la apercepción. En otro libro sobre la antropología, Kant dice que la apercepción pura es una consciencia no de lo que sufrimos al ser afectado por un objeto, sino consciencia de lo que estamos haciendo, específicamente, lo que hacemos cuando representamos objetos. El acto de representar se hace no al recibir intuiciones pasivamente, sino al sintetizarlas. Eso, como dice en la última cita, es un acto de espontaneidad. Si digo: “Hay un manzana verde sobre la mesa”, estoy consciente de un objeto al reconocer la unidad de sus múltiples elementos en una intuición, pero al mismo tiempo estoy consciente del acto de representar ese objeto, y por tanto del sujeto que ve la manzana. Ése es un acto de apercepción. Kant dice que es pura para distinguirla de una consciencia meramente empírica; que es una consciencia unida, es decir, es la misma e idéntica consciencia que representa todos los objetos de mi experiencia; y como final que es trascendental, por lo cual quiere “señalar la posibilidad de que nazca de ella conocimiento a priori”.
El famoso sujeto kantiano es esta unidad trascendental de apercepción. Por un lado, contra Hume, este sujeto no es el conjunto de estados psicológicos de los que se puede advertir en la sensibilidad; y, contra Descartes, no es un ente que existe sustancialmente en el mundo. Entonces, ¿qué es? Es la actividad de pensar, el yo pienso. Kant dice: “Al vincular ‘el yo’ con nuestros pensamientos, designamos el sujeto sólo de forma trascendental […] sin advertir en él ninguna cualidad en absoluto – de hecho, sin conocer nada de él ni directamente ni por inferencia” (A 355). El sujeto no lo podemos conocer, al menos conceptualmente, porque la aplicación de conceptos a intuiciones lo presupone. Como dice Kant: “es bastante evidente que no puedo conocer como objeto aquello que tengo que presuponer para conocer cualquier objeto” (A402).
Bueno, vamos a volver a la deducción. Recuerda que está tratando de justificar la aplicación de sus categorías a las intuiciones, y ya hemos visto el primer paso importante en su argumento, a saber:

1. Toda posible representación guarda una relación necesaria con un yo idéntico.

Esto se debe al acto de apercepción que se lleva a cabo. Kant dice que el trabajo de la apercepción es el principio “más alto en todo el conocimiento humano”. Recuerda que Kant introdujo la apercepción al decir: “El yo pienso tiene que poder acompañar a todas mis representaciones”. Si esto que plantea Kant es verdad, podría verse como una sencilla proposición analítica ya que básicamente expresa lo siguiente: “Todo lo que pienso tiene que ser algo que pienso”. La consciencia de esta verdad, sin embargo, implica un trabajo previo de síntesis. Es decir, uno puede darse cuenta de la unidad de la consciencia sólo al combinar diversas presentaciones en una sola presentación unida. A través de esta unidad puede uno presentar la unidad del yo. Éste es el segundo momento de su argumento:

2. La unidad trascendental de apercepción es una unidad sintética.

Ahora, dado que el yo que combina estas representaciones es idéntico tras el tiempo, es decir, el mismo yo independientemente del contenido empírico de esas representaciones, entonces la síntesis que combina estas representaciones tiene que ser a priori. Esto implica que la combinación se lleva a cabo de acuerdo con reglas, ya que la aplicación de reglas proporciona un procedimiento parejo y uniforme a lo largo de cualquier síntesis. Entonces, el tercero paso del argumento afirma:

3. La unidad sintética que la apercepción forja es lograda de forma a priori.

A estas alturas la pregunta es: ¿Cuáles son esas reglas de síntesis a priori? La respuesta, y los últimos dos pasos del argumento, se encuentran en la §20, que es de un sólo párrafo. Vamos a revisarlo en su totalidad:

“Lo múltiple dado en una intuición sensible está necesariamente sujeto a la unidad sintética originaria de la apercepción, porque sólo mediante ésta es posible la unidad de la intuición. Aquella acción del entendimiento, por medio de la cual lo múltiple de representaciones dadas es reducido bajo una apercepción en general, es la función lógica de los juicios. Todo lo múltiple pues, en cuanto es dado en una intuición empírica, está determinado con respecto a una de las funciones lógicas en los juicios, por medio de la cual es reducido a una consciencia en general”. Aquí tenemos el cuarto paso del argumento:

4. Las reglas que norman la síntesis a priori de las representaciones están encapsuladas en las funciones lógicas de las categorías.

Con esta cita volvemos a la pregunta fundamental de la que parte Kant en su investigación: ¿Cómo son posibles los juicios sintéticos a priori? Hemos hablado mucho de síntesis, unidad, representaciones y tal, pero a fin de cuentas todo eso se reduce al acto de juicio que para Kant es lo que todo acto del entendimiento viene siendo. Recuerda lo que citamos al principio: “El entendimiento es la facultad del conocimiento. [El conocimiento] consiste en la determinada referencia de las representaciones dadas a un objeto. Objeto empero es aquello en cuyo concepto lo múltiple de una intuición dada es reunido”. Juzgamos cuando aplicamos conceptos a intuiciones, produciendo así conocimiento. Lo que Kant ha mostrado hasta ahora es que el juicio, en la medida en que se lleva a cabo a priori, se hace de acuerdo con las categorías del entendimiento. La última oración de la §20 es la conclusión de su argumento o deducción y dice:

“Mas las categorías no son otra cosa que esas mismas funciones en los juicios, en cuanto lo múltiple de una intuición dada está determinado con respecto a ellas”. Poniendo esto en la forma de una conclusión, podríamos decir:

5. “Por lo tanto, lo múltiple en una intuición dada se halla necesariamente bajo las categorías”.

Esto es precisamente lo que la deducción quiso demostrar.
Sé que es bastante difícil entender su idea de la apercepción y en general el argumento de la deducción. Kant mismo reconoció que es la parte más difícil de su obra. A veces pregunto retóricamente a mis alumnos: “¿Cómo sabe Kant todo esto? ¿Tiene alguna lupa con la que puede ver los detalles de la mente?” Pues no. Hay que recordar que el argumento que emplea Kant es trascendental. Semejante argumento pregunta por la condición de posibilidad de algo. En el caso de Kant ese algo es la universalidad y necesidad del conocimiento científico. Con el empirismo de Hume tenemos escepticismo y con el racionalismo de Descartes, dogmatismo. La apercepción que describe aquí, una consciencia no empírica sino pura en el sentido de ser la condición para la síntesis de cualquier representación, es la única forma que Kant considera posible para explicar ese conocimiento científico.
Bueno, hemos terminado la parte más difícil, pero aún no terminamos la Analítica trascendental. Falta tratar lo que Kant llama el esquematismo. Hemos visto que las categorías se aplican necesariamente a las intuiciones, pero no hemos visto concretamente cómo. El esquematismo es su interesante respuesta y es lo que veremos en el próximo vídeo.

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9 Comments

  1. Eduardo Coli · 19/09/2015 Responder

    Es interesante estimado Darin, la metáfora de la fábrica empleada por Kant, para distinguir y significar el trabajo subjetivo cognitivo productivo de todo individuo.
    Por lo menos para mí, ya que yo ignorante de Kant y a años luz de Kant, apelo a una metáfora que hace referencia a la mecánica procesal cognitiva de los sujetos.
    Y apelo, o alego, que toda subjetividad o yo operacional, procesal experimental tiene mucho en común con lo que hace un televisor pero con la pantalla hacia adentro.

    Imaginémonos como sujetos vivos y operativos a nivel mental como televisores con su pantalla hacia el lado de adentro. Ya que nuestra subjetividad mental lesionada, codificada y programada para apercibir sintonizar sintetizar una norma codificada como señal, en términos y palabras, hace casi todo y alguna cosa más de lo que hace un reproductor difusor representacional de imágenes como decodificador y codificador múltiple de imágenes y sonidos, a palabras y conceptos, como de conceptos a sonidos imagen visuales.

    Todo lo que hace o puede hacer vivir y experimentar un televisor, con la capacidad de traducir codificar convertir experiencias reales, a imágenes y palabras que se pueden almacenar y retener en la memoria, como en un disco duro, para reproducir comunicar, como revivir cualquier experiencia vivida ya pasada, en cualquier momento del presente.
    Pudiendo hacer copias al infinito de si mismo, y lo más extraordinario es que por medio de la norma la codificación el lenguaje como señal en común, se pueden retrasmitir, trasmitir las experiencias como las ficciones que se nos ocurran imaginar y crear, a otros televisores sujetos, aún muy distantes en el espacio y el tiempo. Esta de seguro debe de ser la trascendencia de la que habla Kant.

    Ya que por medio de la señal, es decir el lenguaje cualquier individuo que tenga algo interesante que decir como descubrimiento puede pasar a la inmortalidad, ya que podrá transcender las limitaciones espacio temporales de su tiempo como de su vida, como quien escapa mentalmente por este medio a las limitaciones físicas de su cuerpo como espacio y tiempo experimental.
    Un abrazo

    • Darin · 20/09/2015 Responder

      Hola Eduardo. Tu metáfora de la tele me recuerda de trabajos recientes en las ciencias cognitivas, las cuales en los últimos 20 ó 25 años han retornado a Kant para sacar mucho provecho de sus reflexiones. Sólo diría que Kant no habla de trascendencia, no se trata de algo “más allá”, sino de lo trascendental, que es una cuestión epsitemológica que tiene que ver con la posibilidad de emitir juicios a priori. Creo que en el tercer vídeo de esta serie lo trato con detalle.

      • Eduardo Coli · 20/09/2015 Responder

        Gracias Darin, por tus observaciones, observare el video ya que no soy muy lego con tal termología, busque su significado y por lo que supuestamente entendí del mismo, sería algo así como emitir y sostener juicios sobre los acontecimientos antes que las cosas sucedan como adelantándose mentalmente uno en función de un a priori a los acontecimientos mismo de la realidad o su acontecimiento. Lo que definiría entre otras cosas al conocimiento como tal. Entre las cuales unas de sus cualidades sería la de poseer la capacidad mental de prever como prevenirnos de los acontecimientos con antelación a los hechos en sí mismos . En tal sentido se tendría un conocimiento previo a los acontecimientos y por medio de este conocimiento previo se podría procura como planificar con antelación los resultados de algo con independencia de los hechos en sí mismos. Igual voy a ver el video para profundizar en el asunto.
        Gracias nuevamente por tu atención y aclaraciones.
        Un abrazo

  2. José Hernández Sánchez · 22/09/2015 Responder

    Doctor Darin, Solo deseo dar mi más sincero agradecimiento por dejar material tan valioso, para nosotros verlo. Le revelo que no he estudiado a fondo la filosofía; pero me apasiona y estoy por lograr tener un método de lectura y lograr comprender su fundamento.
    Por otra parte, estoy de acuerdo con usted que mi pueblo mexicano estamos muy ignorantes, como lo mencionó en unos de sus vídeo. Esto me dio la idea de juntar jóvenes universitarios que en ves de de predicar la biblia, salgamos a las calle y, a las viviendas a enseñar y, a que la mayor parte de las personas aprenda a usar nuestra legislación, empezando por nuestra Carta Magna y seguido de la Ley Federal del Trabajo. Muchas Gracias por sus Enseñanzas !.
    José Hernández Sánchez

  3. Jota · 01/05/2017 Responder

    Hola Darin, quizás solo ocurre en los vídeos de Kant pero tengo la sensación de que los botones next y prev funcionan al revés.
    Gracias por tus esfuerzos

  4. Luis Cavada Currais · 17/06/2018 Responder

    Hola Darin.
    No entiendo esto:
    La unidad transcendental de apererpción es sintética y apriori.
    Cuando empiezas a explicar las normas que rigen esa sintesis apriori del sujeto, resulta que te refieres a la aplicación de las mismas a las representaciones . Como es esto?

  5. Manuel · 20/09/2019 Responder

    Hola Darin, primero quiero agradecerte el trabajo desinteresado que te tomas para divulgar la filosofia entre el público, creo que en el fondo tu mejor lección es tu actitud humanista e ilustrada. Te he descubierto de casualidad y me alegro mucho de haberlo hecho.
    Ya entrando en materia de este video, mi opinión sin rodeos es que deberías retrabajarlo, porque hablando en plata, si me permites la expresión, no se entiende un carajo. Entiendo que la dificultad es grande. Creo que el añadido de ejemplos concretos es fundamental para la comprensión de este punto tan abstracto del pensamiento de Kant, como lo es de todo pensamiento. Práctica y teoría son en el fondo entelequías fruto de nuestras torpes mentes en el intento de comprensión de la totalidad. Un saludo fraterno.

  6. Mario · 19/07/2020 Responder

    Por momentos Kant pierde la “noción de yo” que ya se conocía entonces y por momentos parece darse tardía cuenta de que la “conciencia de uno mismo” existe / ¿Apercepción? / ¿Qué es eso? / No sé, creo sinceramente que en esta sección Kant perdió la brújula y que al final encuentra lo que él mismo había ocultado antes de empezar. Es una intuición mía, pero creo que está “racionalizando”, es decir, que parte de una conclusión y que “arma” argumentos para llegar a ella “razonando”. Pero es solo una intuición mía. Creo que no vale la pena hacer el esfuerzo intelectual de entender lo que, en última instancia, creo no aportó nada más que complejidad a su propio pensamiento. Sinceramente admiro tu notable esfuerzo académico, Darin. Pero vamos al próximo video

  7. Mario · 20/07/2020 Responder

    Hola Darin. Estuve reflexionando sobre esta sección de “La Crítica”. Creo que estamos frente al glorioso límite intelectual de Kant y de toda la Ilustración. Es emocionante darse cuenta del gigantesco esfuerzo que estos héroes de la Razón, con Kant a la cabeza, han realizado para llegar a este punto. Y creo que es un momento histórico del pensamiento humano. Pero en este punto, definitivamente, la aventura llegó a su fin

    La verdadera Revolución Copernicana va a darse cuando los filósofos de la Razón sean superados por los filósofos de la Pasión. La tensión dialéctica más genuina no está, creo, entre Kant y Hume. Está entre Kant y Kierkegaard. Como siempre, mi agradecimiento por la magnífica elocuencia con que has conseguido mostrarnos el dramatismo de este momento de la cultura humana. Solamente el amor de un docente verdadero puede realizar este milagro. Abrazo fuerte. Y sigamos con el próximo video

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