La crítica de la razón pura, pt. 5/9

Empezamos con la Analítica trascendental: la tabla de categorías y su “deducción” o justificación de las mismas.

Guión

 Kant no es reconocido por el estilo de su prosa. Sin embargo, de vez en cuando nos topamos en su obra con una metáfora feliz. Quizá la más reconocida sea: “Pensamientos sin contenido son vacíos, intuiciones sin conceptos son ciegas”. Kant inicia la segunda parte del libro, la Lógica trascendental, con esa afirmación. Con ella, quiere recalcar que el conocimiento humano proviene de dos fuentes primordiales: la sensibilidad, a través de la cual algo nos es dado; y el entendimiento, a través del cual es pensado. Sin la cooperación de estas dos facultades, nuestras representaciones serán o bien vacías o ciegas. Es decir, el pensamiento sin algo intuido sobre el que trabajar sería o bien una mera verdad analítica, como los solteros siendo no casados, o una ilusión metafísica como las de la idea de Dios o de la inmortalidad, como veremos al final del libro. Y si intuyéramos sin conceptualizar, tendríamos conciencia de una multiplicidad de datos pero no sabríamos lo que estamos viendo, cosa que sería equivalente a la ceguera.
Bien, en la Estética trascendental, consideramos la naturaleza de una de estas fuentes: la sensibilidad. Vimos cómo produce intuiciones en las que una multiplicidad está ordenada en el espacio y el tiempo. Vamos a pasar ahora a la Lógica trascendental en la que habla de la segunda fuente: el entendimiento. Recuerda que necesitamos intuiciones y conceptos para producir conocimiento. Tener conocimiento significa poder juzgar sobre los objetos. Las condiciones bajo las cuales nuestros juicios pueden expresar verdades sobre los objetos es el tema general de la Lógica trascendental. Como vimos en un vídeo anterior, se compone de dos partes: la Analítica trascendental, que trata del entendimiento y los conceptos. Esta parte va unida con la Estética trascendental. Juntas, estas dos partes del libro explican las condiciones del conocimiento humano. La segunda parte de la Lógica es la Dialéctica trascendental. Eso trata no del entendimiento sino de la razón y cómo su empleo puro, al margen de las intuiciones, producen ilusiones. Entonces, pasemos a la Analítica para ver cómo los objetos de la intuición se convierten en objetos del pensamiento.
Como siempre, Kant se interesa por el lado a priori de lo que está considerando. Con las intuiciones, no se fijaba en la intuiciones empíricas, es decir, con los datos sensoriales que vienen de fuera, sino con las intuiciones puras o a priori, lo que aporta el sujeto. Las intuiciones puras, como vimos, son el espacio y el tiempo. Lo mismo sucede con el entendimiento y los conceptos. No le interesan los conceptos empíricos, a saber, los que producimos al generalizar objetos particulares, como perros o árboles, sino conceptos puros o a priori. De la misma forma que el aspecto a priori de la sensibilidad está presente en toda intuición, es decir, todo objeto intuido está en el espacio y el tiempo, el aspecto a priori del entendimiento, los conceptos puros, deberían ser necesarios para todo conocimiento o juicio sobre los objetos. Está claro que no necesito el concepto de “perro” para pensar los árboles. La pregunta de Kant es si hay conceptos necesarios para pensar cualquier cosa, sean perros, árboles o lo que sea. La apuesta de Kant es que sí. El problema es determinar cuales son.
Para ello, Kant se apoya en la facultad del juicio, ya que lo que hace el entendimiento al aplicar conceptos a intuiciones es juzgar, por ejemplo: el juicio “Esto es un perro”. El “esto” son diversas intuiciones que la sensibilidad nos ha dado: cuatro patas, pelo, el ladrido; y “perro” es el concepto por el que estas representaciones se unen bajo una sola representación común. El concepto “perro” es esta representación común, el acto de juzgar produciendo una unidad en las diversas representaciones. Ahora, el juicio en este ejemplo ha empleado un concepto empírico, pero lo que nos interesa son los conceptos puros, necesarios para cualquier juicio. Para encontrarlos, Kant simplemente revisa todas las formas lógicas o puras de juicio. ¿De dónde las consigue? De la lógica aristotélica, ya que, entre la época de Grecia Antigua y la de Kant la lógica no había cambiado sustancialmente. Lo que Kant aprendió de Aristóteles es que todo juicio expresa una cantidad, una cualidad, una relación y una modalidad. Estos términos están de cabeza en azul. Bajo cada uno de estos rubros hay tres posibilidades de expresión, de las que el juicio toma una.

Cantidad Cualidad Relación Modalidad
universales afirmativos categóricos problemáticos
particulares negativos hipotéticos asertóricos
singulares infinitos disyuntivos apodícticos

Ahora, debido a que un juicio se forma al aplicar un concepto a una intuición, Kant deriva de esta tabla de juicios lógicamente elementales la lista de los conceptos elementales o puros, que son estos:

Cantidad Cualidad
unidad realidad
pluralidad negación
totalidad limitación

Relación Modalidad
inherencia y subsistencia posibilidad – imposibilidad
cualidad y dependencia existencia – no existencia
comunidad necesidad – contingencia

Verás que los rubros son los mismos: cantidad, cualidad, relación y modalidad. Lo que ha cambiado son los nombres de los elementos, pero se refieren a la misma idea. Veamos cómo funciona. En el juicio “Algunos perros son blancos”, la cantidad que se expresa es una pluralidad (algunos perros); la cualidad que se expresa no se refiere al predicado blanco sino al hecho de afirmar una realidad, que algo es el caso (son blancos), en vez de negar o limitar; la relación que se expresa es una de inherencia o subsistencia, en este caso la blancura es inherente en algunos perros; y la modalidad que se expresa es la existencia, es decir, lo que afirma el juicio no es una posibilidad ni una necesidad sino un hecho fáctico.
Ahora bien, en los últimos 250 años la lógica se ha trasformado profundamente, lo cual no descalifica necesariamente la clasificación de juicios que encontramos en Aristóteles y Kant, pero la verdad es que pocos hoy en día toman en serio la tabla de juicios y conceptos que elaboró Kant. No obstante, esto no debería tomarse como pretexto para dejar de leer el resto del libro. Puede que sus conceptos puros se deriven de una lógica inadecuada, pero la idea de conceptos puros y su reflexión filosófica general sobre la naturaleza de la cognición y lo que hace falta para dar cuenta del conocimiento de las ciencias naturales sigue vigente y muy interesante.
Bueno, pues vamos a ubicarnos antes de seguir. Esta exposición de los conceptos puros, los cuales Kant también llama categorías, está en la sección 10 del primer capítulo de la Analítica trascendental, p. 81. Vimos que el lado a priori de la sensibilidad son las intuiciones puras del espacio y el tiempo. Y ahora hemos visto que el lado a priori del entendimiento son los conceptos puros, o categorías. Sin embargo, con esto Kant no puede dar por terminado su examen del entendimiento, porque se encuentra ahora con un problema que no se presentaba al tratar la sensibilidad. Cuando dice que el espacio y el tiempo son las formas puras de la intuición, no es un planteamiento tentativo sino casi una exposición fáctica. Para que haya cualquier objeto de la experiencia, forzosamente aparece en el espacio y el tiempo. Su validez es patente; ni siquiera podemos concebir la experiencia de otra forma.
La situación con las categorías o conceptos puros del entendimiento es diferente. Dice Kant: “Las categorías del entendimiento, en cambio, no nos representan las condiciones bajo las cuales objetos son dados en la intuición; por tanto pueden sernos objetos aparentes sin que hayan necesariamente de referirse a funciones del entendimiento” (p. 92). Kant está preguntando por la validez objetiva de las condiciones subjetivas de nuestro pensar. ¿Con qué derecho aplicamos estos conceptos a intuiciones? En otras palabras, Kant quiere asegurar que su aplicación sea legítima y verdaderamente productora de conocimiento en vez de arbitraria, productora de ilusiones y errores. Este último es la posición de Hume. Su célebre análisis de la causalidad la tacha de un mero concepto subjetivo que no indica ninguna relación objetiva en el mundo. Esta cuestión de la validez objetiva de sus categorías es lo que le lleva a la siguiente y más difícil parte del libro: la Deducción trascendental.
Kant utiliza la palabra “deducción” aquí con una acepción derivada del derecho de su época. En un juicio legal el juez considera primero los hechos, el quid facti, por ejemplo que alguien está en posesión de un terreno. Luego considera la cuestión legal, el quid juris. El que quiere defender su posesión del terreno tiene que proporcionar una “deducción” o justificación de su posesión, es decir, su derecho a tenerlo. La pregunta de Kant es si es legítimo aplicar las categorías a los objetos de la intuición. Su justificación o deducción es lo que vamos a ver. En esta parte de libro, la diferencia entre la versión original publicada en 1781 y la segunda versión de ´87 es muy marcada. Voy a tratar los argumentos de las dos para que tengamos una apreciación más amplia de su argumento global.
Primero, la versión original. El tema principal de la deducción aquí es la síntesis. ¿Por qué? Pues recuerda que el conocimiento humano no es una tabula rasa en la que datos sensoriales simplemente se registran. Las relaciones y predicaciones de los objetos que conocemos no vienen del lado del objeto, es decir, nosotros no nos conformamos a los objetos, sino los objetos se conforman a nuestra manera de saber. Entonces el sujeto constituye, construye o, en otras palabras, sintetiza el conocimiento. Para que la multiplicidad producto de la intuición puede pensarse, Kant dice que “primero [tiene que ser] recorrido y reunido para hacer de él un conocimiento. A esta acción llamo síntesis” (p.82). La síntesis es aquello que junta los elementos para el conocimiento, uniéndolos en cierto contenido. Esta síntesis de la que habla tiene tres momentos: hay una síntesis de la aprehensión, una de la reproducción y una final del reconocimiento.
Con respecto a la primera síntesis, Kant empieza recordando al lector que las intuiciones que produce la sensibilidad pertenecen al sentido interno; están, por así decirlo, en nuestra mente, y dado que el tiempo es el sentido interno, toda intuición está sujeta al tiempo. Ahora, Kant dice: “Toda intuición contiene en sí misma una multiplicidad que puede representarse como una multiplicidad sólo en la medida en que la mente distingue el tiempo en la secuencia de una impresión sobre otra”. ¿Qué quiere decir eso? Las intuiciones no deberían entenderse como fotografías estáticas de algún objeto, como un árbol, sino más bien como un conjunto de varias imágenes: el tronco, las hojas, las ramas. Esta multiplicidad de imágenes es lo que Kant quiere decir cuando dice que toda intuición contiene una multiplicidad. El problema, dice, es cómo representar esa multiplicidad en una sola presentación, cómo unir esas diversas imágenes para que no sean una mera miscelánea sino un conjunto, como los cuadros que componen un trozo de película. Pues tienen que ser sintetizadas temporalmente. Los diversos elementos de la multiplicidad tienen que ser distinguidos y relacionados en el tiempo. El tiempo como tal, el tiempo puro, es homogéneo. En esta síntesis de la aprehensión, la sensibilidad ordena la multiplicidad produciendo así una dimensión del tiempo. Es el primer paso del “formateo” de la intuición para que luego pueda ser pensada y producir conocimiento.
La segunda síntesis es la síntesis de la reproducción. Kant dice que si trazamos una línea en el pensamiento, si pensamos en un lapso de tiempo, o si pensamos en una relación entre una cosa y otra, las múltiples representaciones involucradas tienen que ser aprehendidas por mi en el pensamiento una tras otra. El problema es que si dejo de tener presentes en el pensamiento las representaciones anteriores, por ejemplo, las primeras partes de la línea o las primeras partes del lapso de tiempo, jamás podría obtener una representación completa. Estas partes anteriores tienen que reproducirse en el pensamiento al avanzar a las partes posteriores para que estén todas presentes. Esta síntesis de reproducción la lleva a cabo no la sensibilidad ni tampoco el entendimiento sino una nueva facultad que Kant introduce en este momento: la de la imaginación.
La tercera y última síntesis es la del reconocimiento, llevada a cabo por el entendimiento. Al exponerla, Kant introduce una de sus ideas más importantes: la unidad trascendental de apercepción. Esto es el sujeto para Kant, no el yo empírico que ves en el espejo sino el yo trascendental, la piedra angular que cimienta el argumento global de su libro. Lo que expone al respecto es realmente el meollo de su deducción y es bastante difícil de entender entonces vamos a dedicar todo el próximo vídeo para tratarlo.

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21 Comments

  1. Terezinha Colle · 26/08/2015 Responder

    Hola, Darin.

    Muchas gracias por ayudarme a entender los textos de Kant.

    Un abrazo caluroso desde el Brasil.

  2. Julio · 26/08/2015 Responder

    Gracias, profesor Darin. No imagina cuánto le agradezco la claridad y concisión con las que se expresa en sus vídeos. Me matriculé hace dos años en Filosofía pero abandoné porque el giro post y hermenéutico que intuyo en la Filosofía académica no termina de convencerme. Aprendo a aprender mucho más en cualquiera de sus charlas.

    Abrazos desde España,

    • Darin · 27/08/2015 Responder

      Hola Julio. Me alegro que te hayan servido mis vídeos. Hay cosas valiosas en el pensamiento post y hermenéutico pero muchas veces enredadas y difíciles de captar. Poco a poco iré tratando más de esos temas, pero también los antiguos y modernos. Ahí poco a poco. ¡Te mando un fuerte abrazo desde México!

  3. Paulina · 27/08/2015 Responder

    Hola Darin,
    gracias por el nuevo video, lo estaba esperando ansiosa!!! Pero me quedé en suspenso. Esperaré el que venga mientras avanzo con la Etica .
    De verdad te lo agradezco mucho!!!
    saludos desde Chile.

    • Darin · 27/08/2015 Responder

      Hola Paulina. He estado muy ocupado últimamente y no pude avanzar al ritmo que quería con esta serie sobre Kant. Espero sacar el siguiente en un par de semanas. Un abrazo!

  4. agustin galan Machio · 27/08/2015 Responder

    muchas gracias por sus vídeos,realmente provechosos, y ¡ enhorabuena por la sencillez,claridad y eficacia de la idea,el diseño ,la realización y la exposición ! Saludos cordiales.

  5. Jesus · 27/08/2015 Responder

    Muchas gracias Darin.

  6. Antonio · 27/08/2015 Responder

    Una verdadera labor social, es un gran gusto encontrar personas realmente comprometidas con su profesión como usted Darin, felicidades y muchas gracias.

  7. Fernando · 11/10/2015 Responder

    Gracias por el esfuerzo de hacer digerible al “espeso” Kant.
    Es una comida que requiere una digestión lenta, como la de los rumiantes.
    Rumiar y rumiar los conceptos para llegar a sacarles el jugo.
    Desde Salamanca. Saludos.

    • Darin · 11/10/2015 Responder

      Efectivamente Fernando, Kant no es para merendar sino para rumiar con mucha masticación dura! jaja

  8. MarysoL · 01/12/2015 Responder

    Muchas Gracias. 🙂

  9. MarysoL · 01/12/2015 Responder

    !Gracias!

  10. Rubén · 20/08/2018 Responder

    Hola saludo desde acá de Perú…Esta semana tengo una exposición sobre la crítica de la razón pura…..Por favor como podría hacer que mis compañeros me entiendan sobre el tema ya que es un poco confuso q a veces tampoco yo la entiendo…pero es bastante interesante….es sobre el capítulo cinco….” los juicios matemáticos son todos sintéticos………

    • Darin · 21/08/2018 Responder

      Hola Rubén. Pues, para Kant los juicios matemáticos no son lógicos, o sea, no hay ninguna razón lógica de por qué 5 + 7 son 12. No es una proposición analítica. La respuesta 12 no está de forma evidente en 5 + 7. Está el + pero hay que hacer algo con él para llegar al resultado. Quizá sea más fácil si consideramos algo como 3857462 + 4996958. Hay que hacer el trabajo sintético de sumar.

  11. José · 04/04/2020 Responder

    Gracias, maestro, sus vídeos son de gran ayuda para la lectura atenta de la Crítica de la razón pura.

  12. Mario · 19/07/2020 Responder

    Kant dice: “Tener conocimiento significa poder juzgar sobre los objetos”. Veremos qué otras cosas aporta en los próximos videos para ver si es posible construir una definición del conocimiento. Ahí vamos

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