Analizamos la Estética trascendental y el espacio y el tiempo como intuiciones puras.
 Hoy por fin vamos a empezar con la Estética trascendental. Recuerda que “estética” aquí no tiene nada que ver con “belleza” sino con la “percepción”. En esta primera parte del libro, Kant va a tratar el lado sensible de la cognición. De aquí en adelante, convendría tener en cuenta que cuando Kant habla de la razón humana, utiliza la palabra “razón” en un sentido más amplio del que la usamos hoy en día. Se refiere no sólo al aspecto intelectivo, es decir, nuestra capacidad de pensar con conceptos, sino también al aspecto sensible, es decir, nuestra capacidad de intuir objetos. La razón humana, entonces, consta de dos facultades básicas: la sensibilidad y el entendimiento.
En los primeros párrafos de la Estética trascendental, Kant habla de estas dos facultades y cómo se relacionan con los objetos. Vamos a ordenar los diferentes aspectos en una tabla. A través de la sensibilidad, los objetos nos son dados; a través del entendimiento son pensados. Ésta es la distinción básica; hace que la sensibilidad sea una facultad receptiva o pasiva, y el entendimiento una espontánea o activa. Esto quiere decir que lo que determina que algún objeto sea dado no es nuestra voluntad sino condiciones en el mundo ajeno a nosotros. Sin embargo, una vez dado un objeto, el acto de pensarlo surge espontáneamente en nosotros. La sensibilidad se relaciona con el objeto de forma inmediata, directa, mientras que el entendimiento está en contacto con el objeto de forma mediata o indirecta. Como final, la relación de la sensibilidad con el objeto produce intuiciones mientras que el entendimiento produce conceptos. Kant entiende las intuiciones y los conceptos como representaciones. Obviamente, cuando percibimos un objeto, no lo tenemos físicamente en nuestro aparato cognoscitivo sino sólo una representación, es decir, una intuición del objeto. Aquí Kant deja de lado el entendimiento y sus conceptos para centrarse en el tema de la Estética: las intuiciones.
Ahora bien, si sabes algo de Kant, sabes que divide el mundo de los objetos en dos: el objeto como fenómeno y como noúmeno. El objeto en sí mismo ahí en el mundo es el noúmeno. Ese mismo objeto, tal y cómo aparece a nuestra sensibilidad en una intuición, es el fenómeno. Tenemos conocimiento únicamente de objetos fenoménicos. Kant trata esta distinción con detalle en el tercer capítulo de la Analítica Trascendental, pero aquí en la Estética toca el asunto al decir que el objeto de una intuición empírica es un fenómeno. Entonces, de aquí en adelante que tengamos claro que cuando Kant habla del objeto y nuestro conocimiento de él, está hablando del fenómeno y no de la cosa en sí misma más allá de nuestra cognición.
Bueno, Kant distingue en el fenómeno entre su materia y su forma. Dice: “En el fenómeno, llamo materia a lo que corresponde a la sensación; pero lo que hace que lo múltiple del fenómeno pueda ser ordenado en ciertas relaciones, llámalo la forma del fenómeno”. Ahora, ¿qué es eso de lo múltiple? Es simplemente la diversidad de datos sensoriales que nos llegan a través de la sensación, un tanto parecido a los puntitos que componen una imagen en el periódico o los pixeles en una pantalla.
Sin embargo, lo que intuimos no es una masa de datos sino los mismos datos ordenados y relacionados. La forma que ordena esa materia no se encuentra en la materia misma, no es un dato más, sino que lo impone el sujeto. La materia nos llega a posteriori pero la forma ya reside a priori en la mente. Como puedes imaginar, Kant no está interesado en el lado material de la intuición sino en su lado formal o puro, aquella parte que ordena la materia sin ser parte de ella. De eso habla cuando dice en la p. 46: “A la ciencia de todos los principios a priori de la sensibilidad, llamo yo Estética trascendental”.
Bueno, entonces ¿en qué consiste la forma de la experiencia sensible? Cuenta con dos elementos: el espacio y el tiempo. Kant habla de estas dos formas como sentidos. El espacio es nuestro sentido externo a través del cual representamos objetos como fuera de nosotros. Y el tiempo es el sentido interno, es decir, intuimos nuestros estados mentales como estando en el tiempo, en función de relaciones temporales. Los dos, dice Kant, tienen su debido ámbito; el tiempo no puede ser intuido como algo exterior y el espacio no puede ser intuido como algo dentro de nosotros. Sin duda, experimentamos los objetos exteriores como en el tiempo, pero eso sólo porque son representados por nuestros estados mentales, los cuales son representaciones internas.
Entonces, el caótico zumbido de datos es registrado por la sensibilidad, pero para que haya una representación o intuición de un objeto, esos datos tienen que ser formateados, por así decirlo, por el sujeto, es decir, ordenados en el espacio y el tiempo. Este formateo es a priori, lo aporta el sujeto por la estructura de su mente.
Ahora, eso suena bastante extraño porque el sentido común nos dice que el espacio y el tiempo están allá afuera. Los objetos y nosotros mismos están en el espacio y atraviesan el tiempo. ¿Cómo pueden el espacio y el tiempo estar en nuestra mente? Si no están objetivamente en el mundo ¿son reales o meras ficciones?
Kant responde a esta inquietud hablando primero del espacio. Ahora, el espacio es una representación o intuición. La pregunta es el origen de esta intuición; ¿intuimos el espacio como intuimos objetos como perros y árboles, de forma a posteriori, o es a priori, una intuición pura? Fíjate que el concepto de “perro”, por ejemplo, es uno que derivamos de la experiencia. Vemos muchos perros individuales y así surge el concepto. Es un concepto empírico. Kant dice que el espacio no puede ser un concepto empírico. Imagínate que junto al perro y el árbol también tuvieras que intuir el espacio como un objeto más. El problema, dice Kant, es que para que ciertas sensaciones (como las que asociamos con perros y árboles) sean referidas a algo fuera o distinto de mí, hay que presuponer ya la representación del espacio. Es decir, no percibo el perro junto con el espacio que ocupa porque la misma posibilidad de la percepción del perro, la condición de que aparezca como fenómeno, ya presupone de antemano su ubicación en el espacio.
Aunque Kant dice que el espacio sea una intuición a priori y no un concepto derivado de la experiencia, obviamente podemos formar conceptos del espacio, por ejemplo, el espacio que ocupa una cancha de fútbol o el espacio que ocupa un litro de agua. Formamos esos conceptos al delimitar el espacio primordial que intuimos, un espacio que es uno e infinito. Podemos hablar de diversos espacios sólo con base en la presuposición de un único y mismo espacio, uno intuido a priori. Ahora, de los diversos espacios que podemos conceptualizar, cada uno forma una parte de la totalidad del espacio. Curiosamente, no podemos decir lo mismo de otros conceptos como el de “perro”. Las diferentes instancias de un perro no forman partes de algo que se llamara Perro con P mayúscula.
El carácter a priori de nuestra representación del espacio se ve también, dice Kant, en el hecho de que podemos representar un espacio en el que haya una ausencia total de objetos, pero no se puede representar la ausencia del espacio. Esto para Kant indica que el espacio es a priori, y no intuido como un objeto a posteriori.
Kant ofrece dos argumentos más para defender su posición, uno que acude a la geometría y otro que se basa en el fenómeno de lo que llama “las contrapartes incongruentes”. Primero, la geometría. Un objeto geométrico, como un triángulo, ocupa espacio. Sabemos que sus tres ángulos internos se suman a 180 grados, lo cual es cierto no sólo de este triángulo sino de cualquiera, por lo que resulta ser un juicio universal y necesario. Kant pregunta por la base de esta certeza. ¿Qué es lo que la posibilita? Para empezar, su respuesta reconoce que este juicio sobre los ángulos del triángulo no es más que un juicio sobre el espacio. Podemos girar los ángulos en el espacio y ver que describen un arco de 180 grados. Pero el carácter apodíctico de nuestro juicio depende de cómo representemos el espacio. Hay tres posibilidades: la de Kant que dice que es una intuición a priori; también puede ser una intuición empírica o a posteriori, lo cual implicaría que el espacio fuera un objeto en el mundo como perros y árboles; y como final puede que representemos el espacio no mediante una intuición sino por medio de un concepto. A ver qué sucede con cada uno de estos tres. Como vimos en un vídeo anterior, los juicios analíticos son los cuya verdad se basa sobre un análisis de conceptos. Sin embargo, por mucho que analicemos los conceptos de línea y ángulo en nuestro juicio, no llegamos a la suma de 180 grados. Por tanto, los juicios geométricos no son analíticos y el espacio no puede representarse como un mero concepto. Hace falta una intuición, sin embargo la intuición no puede ser empírica porque como sabemos los juicios empíricos no encierran necesidad y universalidad; son más bien particulares y contingentes. Por tanto, el espacio no puede representarse como una intuición empírica, como los árboles y perros. La única alternativa es que el espacio sea una intuición pura o a priori, algo con el que el sujeto ordena los datos particulares de la sensación material.
Pasamos ahora al último argumento sobre el así llamado “contrapartes incongruentes”. Kant plantea este argumento en el contexto de un debate entre Newton y Leibniz sobre la naturaleza del espacio. Newton y Leibniz están de acuerdo en que el espacio (y también el tiempo) son constituyentes reales del mundo, objetivos e independientes de los sujetos. La diferencia entre los dos estriba en que para Newton, el espacio es absoluto, es decir, las propiedades de los objetos (su ubicación y medición) requieren de un trasfondo espacial absoluto. Para Leibniz, el espacio es relativo, es decir, el espacio no está objetivamente en el mundo, sino que emerge como consecuencia de las relaciones que se dan entre los objetos. Si no hay objetos, no se puede representar el espacio. Lo importante es que estas relaciones pueden determinarse completamente por conceptos. Entonces tenemos a Leibniz y a Newton como representantes de nuestras dos alternativas. Para Leibniz el espacio es un concepto y para Newton es un constituyente real del mundo como los perros y los árboles.
Ahora, Kant rechaza la posición de Newton porque, como vimos, no puede dar cuenta de la universalidad y necesidad de las matemáticas y la geometría. También rechaza la posición de Leibniz, por dos razones: la que ya vimos de que los juicios geométricos no son analíticos y también por la siguiente razón que ilustra con eso de las contrapartes incongruentes. Si sostuvieras tu mano derecha frente a un espejo, verías su reflejo en él. Imagínate que esa mano que ves en el espejo (el reflejo de tu mano derecha) saliera del espejo y su pusiera al lado de su mano derecha. Desde un punto de vista conceptual (es decir, leibniziana), estas dos manos son idénticas, hasta su más pequeño detalle. Sin embargo, por mucho que intentes, no puedes superponer la una sobre la otra para que las dos ocupen el mismo espacio. Aquí tenemos una diferencia que no es reducible al concepto. Si el espacio fuera conceptual, no podríamos dar cuenta de la diferencia en orientación de las dos manos. Aunque una mano sea el reflejo idéntico del otro, no son idénticos sino diferentes, dos manos distintas: la mano derecha y la izquierda. La única forma de dar cuenta de esto es al entender el espacio como algo que intuimos, pero ojo, no de forma a posteriori como en Newton, sino a priori como en Kant.
Hasta ahora, hemos tratado los argumentos de Kant sobre el espacio. No voy a hablar sobre el tiempo aquí porque en general los argumentos son los mismos, al menos formalmente.
Bueno, por interesantes y contundentes que sean estos argumentos, nos sigue chocando la idea de que el espacio y el tiempo no sean reales como los perros y los árboles. Si el contrario de lo real es lo ilusorio, es importante entender que Kant no piensa que son meras ficciones inventadas como los unicornios. De hecho, dice que el espacio y el tiempo son empíricamente reales pero trascendentalmente ideales. ¿Qué quiere decir eso? Bueno, al decir que son empíricamente reales, lo dice en el mismo sentido en que dice que las cosas en sí mismas, los noúmenos, son reales, que
existen independientemente de nosotros. Kant afirma la realidad de los noúmenos, no son ilusorios, es sólo que no podemos tener conocimiento de algo tal y como es en sí mismo. Lo mismo sucede con el espacio y el tiempo. Son empíricamente reales pero a la vez trascendentalmente ideales. Con eso Kant quiere decir que los objetos que conocemos son meras apariencias: fenómenos. Cuando representamos un objeto a nosotros mismos en una intuición, lo que conocemos de ese objeto, es decir, su constitución y las propiedades que podemos predicar de él, dependen de nuestro modo de conocerlo. No tienen esas propiedades independiente de nuestra cognición.
En la p. 59 Kant hace algunas observaciones generales sobre la Estética trascendental que hemos visto en este vídeo. Dice: “Toda nuestra intuición no es más que la representación del fenómeno. Las cosas que intuimos no son en sí mismas lo que intuimos en ellas. Si elimináramos el sujeto o aún sólo la constitución subjetiva de los sentidos en general, desaparecerían toda constitución, toda relación de los objetos en el espacio y el tiempo, y aún el espacio y el tiempo mismos que, como fenómenos, no pueden existir en sí mismos, sino sólo en nosotros”. A veces digo a mis alumnos en clase que veo varias personas delante de mi, sonrientes, sentados en tres filas, todo bonito. Lo que percibo o intuyo como este salón, las sillas y las personas pueden en sí mismos ser algo bastante distinto, no lo sé, no tengo manera de saberlo. Lo único que sé es cómo esos objetos aparecen a mi conciencia o cómo se conforman a mi modo de conocerlos. En cuanto al aspecto sensible de la cognición, ese modo consiste en dos formas puras de intuición inherentes a la sensibilidad que son el espacio y el tiempo. Todo objeto que intuimos está ordenado por el sujeto en el espacio y el tiempo, de la misma manera que, poniéndose unos lentes rosados, todo objeto que vieras tendría un tinte rosado.
Bueno, aquí dejamos las intuiciones de la sensibilidad y pasamos en el próximo vídeo a los conceptos del entendimiento en la más larga sección del libro: la Lógica Trascendental.
Gracias por compartir tus conocimiento y acercarnos al saber. Te felicito y te admiro. Un gran abrazo desde Argentina!
Muchas gracias Angel, te mando un fuerte abrazo desde México!
Buenas tardes Darin, para preguntarle si ya tiene algo de Husserl, o algún material que me pueda recomendar, pues mi proyecto de grado dedica un capítulo a este filósofo y aún no lo entiendo muy bien.
muchas gracias
No, perdón, aún nada sobre Husserl. Espero tratarlo pronto.
Darin ¡¡¡muchas gracias!!! súper interesante, lo tengo que ver otras 5 veces para entender bien y debo leer La crítica de Razón Pura.
Hola Alfredo, gracias a ti. Tienes razón, hay que leer el texto! Quizá ver los vídeos, leer el texto y luego volver al vídeo para ir esclareciendo las ideas. Pero lo primordial es el texto de Kant. Un abrazo!
Darin te sigo hace años y me estimulas a seguir estudiando con ahínco, porque vuelves atractiva e interesante a la Filosofia! Saludos!
Qué gusto saberlo Patricio, gracias!
Darin: Cuando hice mi licenciatura en filosofía e historia, kant me pareció extremadamente dificil de entender
Auncuando tu me lo haces fácil, todavía estoy confundido.
hay que seguir no solamente leyendo sino estudiando , hasta cuando al fin quede bien claro.
Tu haces que los vídeos sean fascinantes
Te agradezco mucho por ese aporte
Desde Barranquilla, Colombia un fuerte abrazo
Terminando la serie voy a resumir todo de forma muy sintética. Tratados todos los árboles, ya se puede ver bien el bosque. En todo caso Kant es difícil, hay que leerlo con calma: poco a poco! Un abrazo
Darin, gracias por la explicación.
Necesito seguir con Kant!!!! solo lo entiendo con tus claras explicaciones.
Cuando subirás la lógica trascendental?
Estoy en ello, dentro de un par de semanas!
Gracias!!!! Eres un gran profesor.
un saludo desde Chile
Gracias Paulina!
Estimado Darin
Salgo a caminar a las mañana para tratar de estar en forma, y llevo conmigo los podcast y la verdad me super acompañas y lo disfruto mucho, cada tanto me fumo un cigarrillo, y bueno entre lo dioniciaco y lo apolinio
un Abrazo y gracias
Gracias Francisco, que lindo mensaje, ejercitando el cuerpo y la mente a la vez – muy bien!
Hola Darin, me acabo de inscribir porque
encuentro muy seria la forma en que se tratan los temas en la Fonda Filosófica, con una mirada independiente.
Tienes algún material sobre la representación a lo largo de la historia de la filosofía y particularmente en la actualidad? Me apasiona ese tema, gracias!
Gracias por suscribirte Gabriel. Eso de la representación es todo un tema. No tengo un vídeo dedicado a ello aunque sí varios sobre la semiótica de Peirce. ¡Ojalá te sirvan y gusten!
Dios! Va la segunda vez de cada video, en serio que el material es muy bueno pero no tenía idea del camino que seguía Kant en sus razonamientos, menos cuando solo lo había abordado de forma tan superficial y además las acepciones de los términos… En fin iré más lento pero motiva volver por la merienda cada día, espero que para el siguiente video haya digerido mejor lo anterior… saludos!
Yo he tardado años de lectura y relectura de Kant para realmente entenderlo. Ahí poco a poco!
Gracias Darin! Tus videos son excelentes y esta serie de Kant vale oro. Seria posible que digas algo mas de co o funciona el concepto del tiempo como categoria interna del pensamiento? Las formas que usa son similares a las del espacio realmente?
Saludos desde Argentina!
Hola Diego. Me alegro que estés sacando provecho de estos vídeos. Antes que nada, el tiempo para Kant no es un concepto y tampoco una categoría. Las categorías pertenecen al Entendimiento. El espacio y el tiempo en cambio tienen que ver con la intuición. Toda experiencia de objeto se tiene en un campo espacio-temporal. Para Kant, el tiempo no puede ser un dato empírico más que intuimos al lado de los perros y los ároboles, sino que es la condición de la experiencia en primer lugar. Es por eso que dice que es la forma en que intuimos objetos. El tiempo es más fundamental o abarcador que el espacio porque en el tiempo todo objeto y estado interno es intuido, mientras que el espacio tiene que ver únicamente con la inutición de objetos externos. Todo esto no quiere decir que el espacio y el tiempo sean meramente subjetivos. Si todos los seres humanos murieran, habría todavía un espacio ahí afuera. Dice que el espacio y el tiempo son empíricamente reales pero transcendentalmente ideales. Es decir, si se trata de nuestro conocimiento del mundo, el espacio y el tiempo funcionan de forma subjetiva y a priori, siendo las formas en que intuimos los objetos del mundo. Sé que es un tema difícil. Espero que esto ayudó un poco!
Hola soy un aficionado a la fifilosofía y empecé leyendo el libro pero Luego me Di cuenta que me era imposible entender muchos puntos y creo que a partir de ahora voy revolver tu página. Gracias por lo que haces desde San Juan, Argentina
Que bien Leandro, suerte con la lectura, te mando un abrazo.
Excelente Darin, con esto complemento la lectura que estoy haciendo de Kant, felicidades eres un gran Maestro felicidades.
Hola, señor McNabb.Le escribo desde Argentina ¿Podria decirme en que sección de la CRP se halla el argumento de las contrapartes incongruentes? Es que estoy haciendo un trabajo sobre Kant. Me propuse ir en contra de su tesis de que la los juicios matemáticos son sintéticos y quiero ir contra el argumento de las contrapartes incongreuntes valiendome de transformaciones geométricas (y quiridad) pero no lo encuentro y el tiempo me apremia.
Me gustaría tenerlo de profesor, vi los videos sobre la CRP y me ayudaron muchisimo. Curse Filosofía Moderna en la Universidad Nacional de Córdoba y por los paros y falta de tiempo el profesor dio todo Kant ¡en solo dos horas!
Saludos.
Todo Kant en sólo dos horas – ¡qué bárbaro! Bueno. Lo de las contrapartes lo trata en su Disertación de 1770, en el Prolegómenos a toda metafísica futura de 1783 y también en Principios metafísicos de la ciencia de la naturaleza de 1786. Creo que también en un par de escritos más, pero que yo sepa no lo trata en la CRP, aunque lo mencioné en el vídeo. Debí haber precisado este detalle. Te deseo suerte con tu investigación, parece interesante! Saludos.
Buen día. ¡Muchas gracias! Ya mismo voy a buscar esos dos libros en la biblioteca.Ayer vi sus vídeos sobre Leibniz y me encantaron.
¡Saludos!
Que bien Samuel, me da gusto!
Cuando mencionas en el minuto 8:40; que las diferentes instancias de un perro no se pueden agrupar en un perro con “P” mayúscula, ¿no estás negando la tesis de Platón?. Quiero decir, no es justo lo que tú niegas lo que Platón afirma, ¿que hay una idea de perro donde se reúnen todas las determinaciones particulares?
Hola Daniel. La discusión no es sobre ideas y cosas, cómo en Platón, sino entre conceptos puros y empíricos. Para Kant, el concepto de perro no es una idea platóncia, ni tampoco un concepto puro, sino empírico. Dice que nuestro concepto del espacio no puede ser así, sino puro.
Darin, muchas gracias por esa explicación didactica y sobre todos porque lleva a una comprensión precisa del autor. Un saludo desde Quito.
Qué bien que te haya gustado Patricio. Abrazo 🙂