Hoy empezamos un análisis del concepto de ideología, iniciando con Marx y los diversos sentidos que lo da.
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Hay gente que cree que los astronautas de la NASA nunca aterrizaron en la luna, que fue un gran engaño. Podríamos repasar aquí la evidencia de que sí llegaron, pero eso no cambiaría su opinión. ¿Por qué? Porque hay otros motivos para sostener esa creencia. Sí, enseñan evidencia, pero se me hace que el motivo verdadero es otro, quizá por pertenecer a un grupo que piensa igual, porque son anti-Estados Unidos, o quizá le gusta joder por joder, ser un contreras. ¿Por qué no investigan de forma científica cómo vimos en el último vídeo sobre la fijación de la creencia? Para Peirce, la irritación de la duda no se elimina hasta llegar al método científico. Quizá no razonan así porque esa creencia sobre la luna no es una cuestión de vida o muerte. El placer de sentirse un contreras tiene mayor peso que saber la verdad de un rebuscado asunto histórico. En cambio, cuando se trata de una cuestión de vida o muerte, cómo contagiarse de un virus infeccioso, la verdad no entiendo el rechazo de razonar de tal manera que uno puede descubrir la verdad sobre algo. La cuestión, por ejemplo, de llevar una mascarilla en espacios públicos o no. En los EEUU últimamente, ese tema se ha politizado mucho. Hay excepciones, pero en general, muchos de lo que apoyan a Trump se niegan a ponerla en público porque, según dicen, viola su derecho constitucional a la libertad, o algo por el estilo. Se me hace que lo que realmente están haciendo es que se están identificando como miembros de un tribu, los que están contra la élite o los liberales. Debo confesar que, en sus ojos, soy uno de esos élites liberales, entonces también pertenezco a un tribu. Pero cuando se trata de cuestiones y dudas sobre el mundo físico, no sobre el mundo socio-cultural, político, moral o estético, sino físico donde preguntas son susceptibles de una respuesta de sí o no, sobre ese mundo ¿no debe haber un solo tribu – el de la ciencia y el experimento? Quisiera pensar que sí, pero evidentemente, no todos piensan cómo yo. ¿Son equivocados o engañados ellos, o yo? Hay muchas formas de abordar este tema, y cómo comenté en el último vídeo, creo que una buena manera de desentrañar los factores que inciden en la formación de la opinión sería analizar la larga e interesante historia del pensamiento sobre lo que llamamos la ideología. ¿Será que los que no sean de mi tribu sean víctimas de una manipulación ideológica? Ése es el tema de éste y los próximos vídeos.
El término ‘ideología’ fue acuñado por el filósofo francés, Antoine Destutt de Tracy, en 1796. Siendo miembro de la aristocracia, le habían encarcelado durante un año en medio del Terror de la Revolución Francesa unos años antes. Tracy era un defensor de la Ilustración y sus ideales, lo cual veía amenazado por la anarquía y la sangrienta barbarie que lo rodeaba. Una vez liberado, pensaba que la mejor forma de fortalecer la sociedad y prevenir la disolución que había visto era con la razón, con una educación filosófica consistiendo en un análisis de ideas, de su generación, sus combinaciones y sus consecuencias. Este análisis o estudio de ideas era el significado original del término “ideología”. ¿Por qué estudiar las ideas? Porque nuestro conocimiento está compuesto de ellas. Los revolucionarios querían lograr un mundo de liberté, egalité, y fraternité, sin embargo, lo que lograron fue el frenesí irracional del Terror. La idea es que una ciencia de las ideas, ideas sobre la naturaleza del mundo físico y sobre la naturaleza humana, podría servir de base para el desarrollo social a futuro, evitando así despistes contraproducentes y violentos.
Pues, el proyecto original de la ideología no prosperó gracias a este hombre, Napoleón Bonaparte. Cuando estalló la revolución en 1789, Napoleón era un teniente de artillería y por su astucia y éxito en el campo de batalla ascendió dentro de unos años a ser general. Tras una expedición militar en Egipto, volvió a Francia en 1799 con mucha fama y ambición. Quería ser el líder máximo, el emperador de Francia, y cinco años después lo sería. Pero de momento se encontraba con un grupo de intelectuales, incluyendo a Destutt de Tracy, que estaban promoviendo ideales republicanos con base en esta ciencia que llamaban ideología. Claramente, Napoleón iba a tener que quitar esa piedra de su zapato. Llevó a cabo un golpe de estado, se declaró primer cónsul, y procedió a denunciar a los intelectuales y a su “ideología”. Todo tipo de pensamiento filosófico o religioso asociado con ellos Napoleón lo tachaba de “ideológico”. Alegaba que la gloria y el poder de Francia dependía de un líder fuerte y astuto y que las ideas de los intelectuales no eran más que castillos en el aire que debilitaban la autoridad y la influencia de Francia frente a otros países europeos. Esta estrategia de Napoleón funcionó. Tras su abdicación en 1814, Destutt de Tracy y sus compañeros volvieron a tener influencia política, pero su proyecto, al menos bajo el nombre de ideología, ya no era tan viable. Es que la idea de la ideología (en su sentido original) ya era ideológica (en un nuevo sentido peyorativo). Es decir, en la imaginación popular, la ideología dejó de referirse a una ciencia de ideas, denotando más bien las ideas mismas de Tracy y sus colegas, ideas percibidas como enrarecidas y apartadas de la realidad política y social.
El siguiente paso importante en el desarrollo del concepto de la ideología es La ideología alemana, texto de Marx y Engels elaborado en 1846. ¿De qué se trata el libro? Pues imagínate que Napoleón hubiera escrito un libro con el título “La ideología francesa” criticando a Destutt de Tracy por tener su cabeza en las nubes vendiendo ideas inútiles. El texto de Marx sería básicamente la versión alemana de esa disputa, aunque con un blanco distinto. En vez de Destutt de Tracy, Marx critica a los así llamados “jóvenes hegelianos”. Estos, inspirados por Hegel, luchaban por el desarrollo de la libertad y de la razón, una batalla que, cómo sus contrapartes franceses, llevaban a cabo en el plano de las ideas. Consideraban que lo que frenaba la libertad eran las erróneas ideas de la religión y del sistema político. Cambiar las ideas y cambias el mundo. Inicialmente, Marx simpatizaba con los jóvenes hegelianos, pero luego rompió con ellos. Aunque, cómo sabemos, Marx consideraba la religión como el opio de las masas, no es más que un epifenómeno. El fenómeno de fondo no es ideal, sino material; lo que encadena a la gente no son ideas, sino las condiciones materiales de la existencia social, el hecho de que sólo algunos son dueños de las fuerzas de producción.
Cómo Napoleón, Marx utiliza el término “ideología” en este libro de forma peyorativa. Lo que hace que los jóvenes hegelianos sean ideológicos no es el hecho de que piensen y que tengan ideas (Marx no está en contra de las ideas), sino el hecho de que atribuyen a las ideas un papel en la vida social que no tienen. Utiliza una metáfora llamativa para ilustrar su error, a saber, una cámara oscura. Dice que en toda ideología los hombres y sus relaciones aparecen invertidos como en la cámara oscura. Una cámara oscura puede ser una caja o incluso un cuarto que tenga una apertura pequeña en uno de los lados o paredes a través de la cual luz de una escena en el exterior pasa y se proyecta sobre el lado o la pared opuesto. Lo curioso es que la imagen se proyecta de forma invertida. Éste es el mismo fenómeno que pasa cuando la luz pasa por el ojo, se proyecta en la retina de forma invertida. Afortunadamente, el cerebro invierte esa imagen y la percibimos el objeto tal como es en la realidad. Desafortunadamente, lo mismo no sucede con la ideología. La imagen o representación de la realidad que los jóvenes hegelianos ven es invertida, es una especie de ilusión óptica cuyo mecanismo no es físico, como con la retina, sino socio-histórico. Hace falta un cerebro que invierta esa imagen. Desde luego, Marx se considera ese cerebro.
Veinte años después, en el primer volumen de Capital, Marx habla en alguna parte de la dialéctica en Hegel, que en sus manos la dialéctica sufre una mistificación. Dice: “En él la dialéctica está puesta al revés. Es necesario darla vuelta, para descubrir así el núcleo racional que se oculta bajo la envoltura mística”. En esta cita vemos que conserva todavía el sentido de ideología que hemos estado discutiendo, pero también está otro sentido que desarrolló posteriormente indicado por la palabra “mística”. Si uno se pone a analizar y criticar una afirmación o creencia ideológica, entendemos que lo está desmistificando o desenmascarando, mostrando el carácter ilusorio de la creencia y el aparato social que la sustenta, quizá como hizo el perrito de Dorothy al correr la cortina en el Mago de Oz para mostrar lo que realmente estaba pasando.
Éste es el sentido principal de ideología para Marx y lo desarrolló principalmente en Una contribución a la crítica de la economía política publicado en 1859, aunque incluso en la Ideología Alemana toca este tema. Ahí dice: “Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o, dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante”. Donde el primer sentido de ideología hace referencia a ideas que captan la realidad de forma errónea, el segundo explica el origen de esas ideas, cómo son producidas. Ideas ideológicas expresan los intereses de la clase dominante, la cual para Marx sería la burguesía. El derecho a la propiedad privada es uno de esos intereses. También la noción de libertad, tal cómo la encontramos en la frase “mercado libre”. ¿Cómo logran que los miembros de la clase dominada, el proletariado, adopten estas ideas, entre otras? Para los que Marx critica en la Ideología alemana, la respuesta sería que la burguesía emplea persuasión, retórica, campañas publicitarias, utilizando ideas para tratar de convencer a los del proletariado. Cómo vimos, eso es ver la realidad al revés, tomando ideas cómo causas eficientes cuando en realidad, para Marx, son efectos. ¿Efectos de qué? Pues Marx es materialista. No son efectos de otras ideas, sino de una base material, a saber, las condiciones económicas de producción. Tomemos el ejemplo de la libertad (entendida como la ausencia de fuerza) para ver cómo funciona.
En el capitalismo, el valor de las mercancias que se cambian unas por otras en los mercados va en función del tiempo de trabajo necesario para producirlas. Hay muchos matices, pero básicamente ésa es la idea de su teoría del valor como trabajo. Si las mercancias se cambiaran en función de la violencia, entonces el cambio se daría en proporción no al tiempo de trabajo sino al tamaño de los músculos de uno o de las armas que porta. El cambio de mercancias en el capitalismo tiene que ser libre de violencia, y dado que la violencia constituye una clara amenaza a la libertad y dado que es algo que naturalmente tememos, es fácil ver los cambios en el mercado capitalista como libres. Así que, esta concepción de la libertad como ausencia de interferencia física surge a partir de la propia naturaleza y exigencia del capitalismo como sistema económico. En otras palabras, una norma económica se convierte en una norma moral.
Para Marx, esta creencia es ideológica, en el mismo sentido en que la creencia de que el sol gira por la Tierra es ilusoria. En cuanto a este último, investigamos la relación entre la Tierra y el sol no al preguntarle a uno su opinión sobre lo que ve, sino al investigar la naturaleza misma. Dice Marx: “Del mismo modo que no se puede juzgar a un individuo por lo que piensa de sí mismo, tampoco se puede juzgar a semejante época de transformación por su conciencia”. Si una persona dice que ve al sol girar por la Tierra, decimos que su creencia está basada en una ilusión óptica. Si uno habla de la importancia de la propiedad privada, Marx al menos diría que su creencia está basada no en algún estado fáctico del mundo, sino que refleja cierto estado económico, a saber, las relaciones de producción características del capitalismo. Al hacerlo, Marx está desenmascarando o desmistificando cómo ideológica una creencia que lejos de ser natural, cómo las órbitas de los planetas, expresa los intereses de la clase dominante.
Este Marx que acabamos de tratar es el Marx que todos aprenden en la escuela, el Marx materialista y determinista donde una base de condiciones económicas determina el carácter socio-cultural de una sociedad. Sí, Marx es materialista pero también es dialéctico y si uno lee cuidadosamente a Marx verá que critica esquemas que plantean un simple determinismo económico. Sí, las condiciones materiales de una sociedad moldean las formas en que una sociedad percibe su realidad, pero esas percepciones, esas ideas, influyen a su vez en la realidad socio-histórica. Vemos un buen ejemplo de eso en su escrito El 18 brumario de Luis Bonaparte, con lo cual podemos matizar y redondear el concepto de ideología en Marx.
El título hace referencia al ya mencionado golpe de estado que efectuó Napoleón en el que se declaró primer cónsul. El golpe tuvo lugar el 9 de noviembre de 1799, pero en el calendario republicano francés tuvo lugar el día 18 del mes de “brumario”, el segundo mes del calendario cuyo nombre se toma de la palabra “brume” que significa bruma o neblina. Aparentemente, había mucha neblina durante ese mes. Bueno, el título hace referencia a ese golpe de Napoleón, pero el libro trata de otro golpe de estado, uno llevado a cablo 52 años después por su sobrino Luis. A lo mejor te contabas entre ese gran coro de personas que, tras la llegada de Trump a la Casa Blanca, preguntaba ¿Cómo es posible que ganó Donald Trump? Marx, en este libro, hace la misma pregunta. La primera línea del texto reza: “Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa”. Napoleón fue una tragedia, pero su sobrino una farsa. ¿Qué sucedió?
El año 1848 fue el año de revoluciones. A lo largo y ancho de Europa la gente luchaba para derribar las monarquías. Los franceses lo habían hecho en su famosa revolución de 1789, pero luego llegó la tragedia – Napoleón, quien mandó como emperador entre 1804 – 1815. Tras su derrota, la monarquía se restauró en Francia. El último rey de Francia fue Luis Felipe I quien en las revoluciones de 1848 huyó a Inglaterra. El sobrino de Napoleón, Luis Bonaparte, estaba exiliado en Inglaterra pero vino corriendo de regreso a Francia al enterarse de la caída de la monarquía. Uno de los derechos que el pueblo francés logró con la restauración de la república fue el sufragio universal (bueno, para los hombres). En diciembre de 1848, con un apoyo bastante amplio, especialmente de los campesinos, Luis Bonaparte fue elegido presidente de la Segunda República Francesa. De acuerdo con la constitución, tenía que dimitir a finales de 1852, pero no quiso. Empezó a planear un golpe de estado y viajaba a lo largo de Francia buscando la simpatía de los campesino para que le apoyaran tras el golpe. Y funcionó. De 1852 a 1870 fue emperador de Francia.
Es esta historia la que Marx trata de dar cuenta en su texto. La revolución de 1848 tuvo muchas causas, pero la económica era la principal. La clase obrera, que había crecido de la mano con los procesos de industrialización bajo el último monarca Luis Felipe, estaba luchando por mejores condiciones y mayor autonomía. Lograron avances importantes con la restauración de la república en 1848, pero faltaban muchas cosas. Los campesinos estaban sufriendo bajo nuevos impuestos y otras medidas del gobierno, y desde el punto de vista de Marx una alianza entre la clase obrera y los campesinos, una alianza basada en intereses comunes, habría sido un paso racional y efectivo en el avance hacia la libertad y la auto-determinación. Sin embargo, los campesinos apoyaron a Luis Bonaparte. ¿Por qué? En las palabras de Spinoza: “¿Por qué luchan los hombres por su servidumbre como si se tratara de su salvación?”
¿Qué explicación le da Marx? Pues lo que no hace es recurrir a la noción de ideología que vimos hace poco donde una estructura económica moldea las ideas sociales y políticas. Su respuesta tiene que ver más bien con historia, tradición y formas simbólicas. Dice Marx: “La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando éstos aparentan dedicarse precisamente a transformarse y a transformar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal”. Esto es precisamente lo que hizo Luis Bonaparte. Arropándose en la gloria de su tío, despertó en el pueblo campesino el sueño de los viejos tiempos, cómo hizo Donald Trump en 2016 con su eslogan: Make America Great Again. ¿Luchar por un futuro mejor o huir a un pasado que se ha pintado glorioso? Optando por este último, uno evita los riesgos e incertidumbres de la lucha y la creación de un futuro nuevo, restaurando así la calma y la continuidad con el pasado. Lo que puede ser decisivo en empujar a uno a un lado o el otro es una forma de ideología que utiliza una retórica basada en imágenes y símbolos que representan una tradición con carga afectiva.
Marx no utiliza el término “ideología” en este texto, sin embargo, la dinámica que plantea describe el mecanismo de generar ideas en una clase que sirven los intereses de otra. Vemos en este texto el poder de la dimensión simbólica de la vida social, el poder que tiene un sistema de representación para sostener un orden social opresivo al ocultar relaciones de clase e impedir la búsqueda colectiva por el cambio social.
Resumamos las características básicas de la ideología en Marx. Primero, una creencia ideológica es ilusoria; capta la realidad de forma distorsionada. A lo mejor, ciertas creencias sobre el cambio climático o sobre el origen del coronavirus sean ideológicas en este sentido. Segundo, una creencia ideológica expresa y promueve los intereses de la clase dominante, ocultando la situación real de la relación de clases. A lo mejor, creencias sobre la desregulación de industrias, la privatización de servicios del gobierno y la reducción en impuestos para grandes corporaciones puedan explicarse por este segundo sentido de ideología. Y tercero, creencias ideológicas pueden explicarse al ser desenmascaradas o desmitificadas. Sin embargo, al correr la cortina ideológica, mostrando a uno los mecanismos reales que determinan su forma de pensar, ¿crees que esa persona grite “Ay, que tonto fui, ahora veo la verdad, veo la luz”? No. Las creencias ideológicas no son meras cuestiones epistémicas. En el texto que hemos estado analizando, Marx dice: “Qué los muertos entierren a sus muertos . . . La revolución social del siglo XIX no puede sacar su poesía del pasado, sino solamente del porvenir”. Cómo comenta John Thompson, los muertos no se entierran tan fácilmente, ya que las formas simbólicas que se trasmiten del pasado son constitutivos para las costumbres, prácticas y creencias cotidianas; no se puede deshacerse de ellas como unos cuantos cadáveres inertes, dado que juegan un papel activo y fundamental en la vida de la gente.
De momento, dejaremos de un lado el lado epistémico del concepto de ideología y pasaremos a tratar su lado más simbólico y su papel social. Los autores que tengo pensado revisar de aquí en adelante son Mannheim, Gramsci, Althusser, Zizek y Habermas.
Hola Dr. Darin ,mucho gusto!
Soy Jose Agraz, de profesión Arquitecto, soy un enamorado del arte de la filosofía, te sigo desde marzo 17 del 2020.
Vivo en CDMX, si alguna ves vienes , me encantaría conocerte personalmente y poder entablar una amistad cordial y constructiva.
Gracias por todos los vídeos que has subido a la red , los cuales me nutren y tengo muy “buen provecho”..!!
saludos.
JAG
Mucho gusto Jose. Tras la pandemia a ver si me lanzo 🙂
Gilles Delouze comentaba es el arte de la clase dominante sobre la conclusión segunda que Usted hace. En la película los Miserables del año 2013 que se desarrolla en el contexto de la revolucion francesa los miserables saben que son los miserables saben que están en una clase pobre e injusta y un grupo de jóvenes quieren y pelean por la revolución. En la película los miserables 2019 que se desarrolla en el contexto de nuestra actualidad, los miserables no se dan cuenta de que son los miserables y hacen mofa de su condición de miserable…
Leo mucho tu pagina, gracias
muy interesante estaré al tanto de la continuación de la temática. Gracias.
En Colombia el marxismo es un crimen por antonomasia y el comunismo el símbolo de la debacle, su resistencia (después del exterminio de los años 80) se ha presentado desde hace décadas en primer lugar dentro de los grupos armados, y en segundo lugar dentro de las universidades publicas (aunque cada vez menos y no de forma mancomunada), por mi parte fue precisamente Marx quien me llevo a la lectura de Marcuse (Por eso me alegra que entres a Frankfurt en ese sentido), posteriormente a Hegel hasta llegar a Kant.
En el libro “Razón y revolución” Marcuse no solo explica el paso de Hegel a Marx sino además sostiene que la intromisión del positivismo, fracciono o fragmentó la filosofía hasta hacerla inservible, como resultado de esa “homogenización” de la población que necesitan las clases dominantes. Lo que me dejó con la mirada puesta en un oscurantismo moderno con tecnología de punta. Gran video, muchas gracias.
Hola Jhon. Falta un intelectual para nuestros momentos cómo fue Marcuse para los 60!
Estimado Profesor
Como siempre muy ameno y pedagógico.
Es un gran placer escucharte y aprender…
Un gran abrazo
Saludos
Miguel korenko
Gracias Miguel 🙂
Muchas gracias Darin.
Excelente y didáctico.
Es formidable seguir aprendiendo con tus vídeos.
Saludos,
Joan
Gracias Joan.
Hola Darin! Me huelo que más que criticar el dogmatismo y el pensamiento ideológico, estás a punto de ideologizarte tú también ja! Por lo pronto, ya nos dejaste de saludar con el tradicional “Buen provecho” que caracterizó a la Fonda por tantos años. Por supuesto tienes el derecho a buscar nuevos caminos. Y te deseo suerte, cualquiera sea el camino que elijas. Lamentaría, eso sí, que perdiéramos un filósofo (hay tan pocos!) y nos hiciéramos de un nuevo intelectual “izquierdista”, “ideologizado” y “dogmático” (hay tantos!)
Yo seguiré estudiando la filosofía con la ayuda inestimable de tus videos. Te mando un fuerte abrazo
Como siempre, buen e interesante texto, nutritivo y actual. Felicitaciones.
Hoy me preocupó, disculpe, la presencia de algunos pocos errores en la traducción de su texto al español, lo cual no recuerdo en tal proporción con los anteriores.
Gracias por sus análisis y enseñanzas.
Hola José. ¿A qué texto te refieres?
Hola Darín, muchas gracias por tus reflexiones, me sirven mucho para seguir sumergiéndome en la riqueza del pensamiento filosófico. En ese sentido, me gustaría ver si en algún momento te pudieras ocupar de comentar el libro de Max Stirner (El Unico y su Propiedad),creo que un antecedente del existencialismo….y tan dura y extensamente criticado por Marx en “La Ideología alemana”.
En fin , este arquitecto, te agradece nuevamente tus esfuerzos y aportes, desde Buenos Aires, Argentina.Y disculpa por las pretensiones de pedirte que cargues, aún más , tu amplia e inteligente agenda de pensadores.
Abrazo, Eduardo.
Ese libro de Stirner está mi lista de cosas que leer. Ojalá pronto!
¿Cuál es la ideología del poder financiero, militar, religioso y productivo? ¿Como interactúan estos 4 poderes que proporcionan un resultado histórico? A Marx lo veo poco útil para explicar el funcionamiento social y de la historia; pero veo al marxismo como una herramienta del poder financiero, para lograr sus objetivos de colonizar.
Muchas gracias por tus explicaciones. Son importantes los detalles para nosotros los profesores universitarios que estudiamos la ciencia del marxismo con los estudiantes. Reitero mi agradecimiento.
Gracias a ti Héctor 🙂
Hola Darin, muchas gracias por este material… me llama la atención como cuando las ideas de otres coinciden con las nuestras, todo es “evidentemente correcto por naturaleza” mientras que cuando no lo hacen ya no son ni tan “evidentes” ni tan “correctas” y, en lugar de discutir ideas, se trata de descalificar a le emisore de la misma, más no sea en un intento de condicionar sus futuros actos.
Muchas gracias por La Fonda Filosófica y sobre todo por decir las que nos hacen ruido.
Saludos
De nada N, gracias a ti 🙂
Hola. Perdona , ¿ cuál es el vídeo sobre la fijación de la creencia?.¿ y los vídeos sobre epistemología cuales serían
Muchas Gracias.
Ya lo encontré,Gracias.
Hola profesor, me alegra que ya haya regresado. Algo bueno tenía que dejar esta maldita pandemia. Durante el teimpo de tu ausencia estuve leyendo, la tal vez la más completa y profunda, biografía de Marx. “Karl Marx. Ilusión y Grandeza” del gran historiador britanico Gareth Stedman Jones. Una verdadero estudio biográfico del pensamiento de Marx. Este libro no se consigue en Colombia (tal vez vetado por los fanáticos de derecha e ignorado por los fanáticos de izquierda), por eso aproveché un viaje por Suramérica para adquirirlo. Supongo que lo conoces y si en alguna oportunidad lo puedes comentar, me encantaría. Gracias por todo el aporte que nos haces a todos los que amamos la filosofía, sin pretenciones y con mente abierta para conocer todas las corrientes. Un gran abrazo desde esta sufrida tierra
Hola Rigoberto. Conozco esa biografía pero no la he leído. Ha recibido muy buenas reseñas. Me gustaría hacer un vídeo desmintiendo varias ideas erróneas (a mi parecer) que le gente ha expresado sobre Marx y el marxismo, cómo por ejemplo comentarios que han he sobre mi vídeo sobre la ideología en Marx. Espero hacerlo pronto!
Hola Darin muchas gracias por sus videos es muy grato aprender de usted es un respiro que me da de mi trabajo habitual muchas gracias por compartir sus conocimientos gran abrazo y que mejor para estos tiempos de tanto encierro el poder pensar y aprender cosas tan interesantes. Atentamente una médico estresada que encuentra alivio con sus videos
Hola Ivone. Ojalá tras esta hrrible experiencia la sociedad aprenda a valorar la dedicación y el valor de ustedes médicos. Le agradezco mucho su trabajo y me da gusto saber que el mío lo haya encontrado grato.
Gilles Delouze comentaba es el arte de la clase dominante sobre la conclusión segunda que Usted hace. En la película los Miserables del año 2013 que se desarrolla en el contexto de la revolucion francesa los miserables saben que son los miserables saben que están en una clase pobre e injusta y un grupo de jóvenes quieren y pelean por la revolución. En la película los miserables 2019 que se desarrolla en el contexto de nuestra actualidad, los miserables no se dan cuenta de que son los miserables y hacen mofa de su condición de miserable…
Voy a ver esas películas, gracias por mencionarlas.
Gracias por mantener tu canal actual. Un abrazo grande!
Igual un fuerte abrazo para ti Gaspar!
Que tal Darin, muy buena disertación sobre la “ideología” actualizando el viejo concepto de creer antes que confirmar, sobran los ejemplos pero en este tiempo de pandemia escuchando tantas verdades a medias cae muy bien este tema y concientizarse de la realidad.
Gracias por seguir actualizando el menú de la “Fonda Filosófica”
Gracias a ti Luis!
Me ha recordado este video: