En este episodio analizamos el argumento de la mano invisible que usa Nozick para dar cuenta de la creación del Estado y consideramos diferentes principios para la organización política para ver cuál usa Nozick y cómo se distingue de los demás.
En lo que tardas en ver este vídeo, aproximadamente 2.000 bebés nacerán en todo el mundo. No nacen en un Estado de Naturaleza sino en una sociedad ya estructurada por reglas y leyes, regida por un sistema político. Cuando llegan a ser mayores de edad, puede que cuestionen esas reglas y obligaciones. Obviamente no escogieron vivir bajo el régimen en que se encuentran pero no por eso sea ilegítimo el gobierno. Según John Locke, el consentimiento que lo legitima lo dan tácitamente al permanecer en el país y gozar de sus beneficios.
Esto no convence a Robert Nozick porque, como vimos en el último vídeo, la posibilidad de disentir es nula. Estos bebés son como la persona llevada a borde del barco mientras dormía y que al despertarse se encuentra en alta mar. No queda más que consentir. El famoso contrato social no le sirve a Nozick porque siempre puede uno quejarse de tener su derecho de auto-determinación violado, de no haber dado su consentimiento. Nozick tiene que responder a esta persona y convencerle que hay algún tipo de estado que resultaría de las acciones de cualquiera en un estado de naturaleza, sea ahora o en algún momento en el pasado. Ese estado es el Estado Mínimo y el argumento que explica la dinámica que conduce a él es “la mano invisible”.
Este concepto lo toma de Adam Smith. En La riqueza de las naciones, la mano invisible se refiere a la conducta auto-reguladora del mercado. Tal y como lo aplica Nozick, tendrá que ver con cómo la esfera socio-política se organiza. Veamos.
Aunque Nozick no sea teórico del contrato social, su argumento empieza en el Estado de Naturaleza que se define como aquel estado en el que no existe una organización política. Hemos visto en otros vídeos sobre este tema, especialmente el de Hobbes, que la situación en este estado se vuelve problemático muy rápido. Un ejemplo hipotético. Tengo un vecino al lado que de repente convierte su lote en un salón de eventos. Todos los jueves, viernes y sábado hay un escándalo total y no puedo dormir. ¿Qué hago? Recuerda que estamos en el Estado de Naturaleza – no hay policía ni ninguna autoridad. Pues saco mi escopeta y le doy unos tiros a las mega-bocinas al lado. Mi vecino saca su escopeta y . . . ni se diga que pasa con mi perro. Pues yo me refugio en la casa tras unos costales de arena y vigilo desde ahí el lindero de mi propiedad. Él hace lo mismo. Tenemos de repente una situación muy desagradable. No puedo ir a trabajar, ni ver amigos o salir al cine, porque tengo que proteger mi casa y bienes. Como dice Hobbes, la vida se vuelve solitaria, pobre, tosca, embrutecida y breve.
En este momento en las teorías clásicas la gente se vuelve muy racional y se dan cuenta de que sería mejor hacer un contrato colectivo para acabar con los problemas. Para Nozick, la gente no tiene tanta previsión racional. En la vida real haría algo distinto. En el ejemplo que les puse, yo buscaría la ayuda de otros. ¿Han oído hablar de Neighborhood Watch (así se dice en inglés)? Los vecinos de un barrio se organizan para vigilar y detener la delincuencia. Este tipo de organización Nozick lo llama una “asociación de protección mutua”. En mi caso, busco gente que me ayuden, gente que también necesitan apoyo. Seguramente, mi vecino haría lo mismo. De pronto, entonces, tenemos varios grupos de apoyo, asociaciones de protección mutua. Para resolver este tipo de problemas no hace falta convocar una asamblea constitucional sino de aprovecharse de ese sentido común que dice que uno es más fuerte en un grupo que solo. Hasta los niños en el recreo saben eso.
¿Pero en qué medida resuelven el problema estas asociaciones de protección mutua? No repiten simplemente el enfrentamiento entre individuos a una escala mayor, la de grupos? Pues en cierta medida sí. Y aunque ahora tienes apoyo para tu problema en particular, ser socio del grupo significa que tienes que apoyar a los demás con sus problemas. Esto implica tiempo y esfuerzo, cosas que no gastabas cuando andabas por tu cuenta. Uno podría simplemente aceptar el trabajo extra ya que es mejor que estar desamparado, pero hay una solución. No consiste en elaborar un contrato social sino en hacer en materia de seguridad lo que hacemos con la comida que comemos y la ropa que traemos – me refiero a la división del trabajo. De la misma manera en que algunos se dedican a hacer las pizzas que comemos, algunos podrían dedicarse a proporcionar servicios de protección. En vez de tener asociaciones de protección mutua, como un colectivo donde todos echan la mano, se tendría agencias comerciales de protección donde sólo algunos hacen el trabajo.
Entonces, hemos pasado de relaciones entre individuos a relaciones entre grupos o asociaciones y ahora a una situación donde varias agencias comerciales ofrecen su servicio de protección. Si las cosas siguieran así, el problema básico quedaría irresuelto. En vez de batallas entre muchos individuos, las habría entre varias empresas de seguridad. Pero Nozick piensa que esta pluralidad de agencias o empresas de protección se reduciría rápidamente a sólo una, que en efecto constituiría un monopolio. ¿Por qué? En materia de pizzerías y tiendas de ropa no hay monopolios (bueno, al menos que Walmart llegue a tu comunidad). ¿Por qué sí para servicios de protección?
Dice Nozick que, desde un punto de vista económico, convendría a diferentes agencias fusionarse o hacer acuerdos de cooperación. Es más económico resolver problemas negociando que luchando. Desde el punto de vista del consumidor, la ventaja es obvia. Entre más grande y poderosa la agencia, más seguro se siente. Es el mismo fenómeno con las redes sociales. Al principio hubo varias pero poco a poco se redujo a sólo una – Facebook. ¿Por qué? Porque uno quiere estar donde están todos sus amigos en vez de andar de red en red para estar en contacto. Fíjate que Facebook ha llegado a tener todos los usuarios que tiene no porque era obligatorio unirse ni por ninguna amenaza sino por decisiones que tomaron libremente cada usuario. Encontramos lo mismo en nuestro estado de naturaleza. Individuos, pensando en su propio bien y tomando decisiones para promoverlo, han llevado a cabo una evolución en la sociedad donde hay lo que Nozick llama una agencia dominante de protección.
Si te das cuenta, es posible que la gente hayan creado un Estado sin querer, sin haber tenido la intención de hacerlo. ¿Es esta agencia dominante un estado? Volviendo a nuestra definición, vemos que los estados reclaman un monopolio sobre el uso de fuerza. Eso sin duda sería el caso de nuestra agencia dominante. Ahora, al igual que no es obligatorio comprar pizzas en Pizza Hut, tampoco es obligatorio contratar los servicios de esta agencia dominante. Habrá los que prefieren defenderse por su cuenta, es decir, ejercer una fuerza aparte. Si es así, la agencia entonces no sería un estado. El problema es que la gran mayoría será clientes de la agencia, y la agencia tiene la obligación de protegerlos contra todos, especialmente los que hacen justicia con sus propias manos. Así que, prohibiría que esas personas ejercieran ese derecho de defenderse.
Ahora, al prohibir esto la agencia está violando el derecho de esos individuos. Eso es precisamente lo que Nozick quería evitar, pero parece que es inevitable. Por racional que sea ser cliente de la agencia dominante, si alguien no quiere, está en su derecho. Al violarlo, la agencia tiene que ofrecerle una compensación. Para Nozick, la compensación indicada es ofrecerle gratis su servicio de protección. Si te das cuenta, con este último se cumplen las dos características de un estado: reclama un monopolio sobre el uso de fuerza, y ofrece protección a todos.
Esta parte de su argumento es, sin duda, el lado flaco. No sólo ha violado el derecho de algunos sino que, al ofrecerle protección gratis, está en efecto redistribuyendo la riqueza. Está obligando que sus clientes financien la protección de esos cuantos. Nozick aclara que es importante entender el motivo de esta redistribución. No se hace porque de otra forma habría gente sin protección sino porque una compensación tiene que pagarse. Puede ser, pero eso suena mucho a cuando la mafia llega a tu negocio para pedir su “cuota de protección”. Libremente redistribuyes tu dinero a sus manos, ¡pero lo haces bajo una amenaza más que implícita!
Bueno, pues ya tenemos el estado. Es importante entender que se creyó no por decreto, no por ningún contrato social sino por una mano invisible, por la actividad de individuos tratando de mejor su situación en el Estado de Naturaleza. Ahora la pregunta es ¿qué poder debe tener? ¿cuáles son sus funciones legítimas? Ya hemos visto que todos los estados actuales tienen un sistema de redistribución que va más allá de la defensa y las cortes de un estado mínimo. Todos esos servicios que ofrecen son legítimos, según Rawls por ejemplo, porque tratan de realizar algún concepto de justicia socio-económica. Si te acuerdas, él decía que las desigualdades económicas son permisibles sólo si mejora las condiciones de los menos aventajados. La verdad, puede haber muchos criterios para una redistribución de bienes. Puede, por ejemplo, distribuirse de forma igualitaria de modo que todos tengan la misma cantidad, o de acuerdo a la necesidad de cada quien, o según el mérito, o la fórmula de Rawls que acabamos de ver.
En todo caso, propuestas de ese tipo suponen que los recursos que se distribuyen existen en algún cuarto del palacio de gobierno listos para ser repartidos por el gobernador. Ya sabemos que la teoría política de Nozick no comparte esta idea. Para distinguir su propuesta de las demás, ofrece la siguiente forma de clasificar teorías políticas. Hay dos tipos básicos, las que manejan un principio que Nozick llama el principio de “estado-final” (estado no en sentido político sino como condición). Y otras que son históricas, y de esas hay dos variantes. Empecemos con las de estado-final. El utilitarismo es un ejemplo de este tipo. Para determinar una justa distribución de riqueza, este principio dice que hay que fijarse simplemente en la estructura global o final de la distribución. Vamos a ver un ejemplo muy simplificado, un esquema en el que Juan recibe $2.000 y Maria $1.000, y luego uno que sea el inverso. Dado que la utilidad global es lo que importa en el utilitarismo, si estas dos distribuciones llegaran al mismo estado final, es decir, si produjeran la misma felicidad global para la comunidad, entonces no importaría cual de las dos se escogiera. En otras palabras, la justicia aquí no dependería de cierta distribución sino del efecto global, que en este caso es igual para las dos.
A diferencia de teorías de estado final son las teorías históricas. Éstas sí tienen en cuenta las circunstancias históricas de los individuos, sus acciones concretas. Como vimos, hay dos tipos: las pautadas y las no pautadas. Para determinar la justicia de cierta distribución, las teorías pautadas se fijan en características históricamente relevantes de las personas de acuerdo con cierto criterio, tal como necesidad, mérito, trabajo, etc. Conocerán esta afirmación de Marx: “De cada quien según su capacidad, a cada quien según su necesidad.” Teorías que tratan de realizar la justicia a través de una distribución de riqueza suelen expresarse de esta forma: “De cada quien según X.” El X ahí es una pauta, un patrón. Piensa en la sociedad con todos sus individuos como un rompecabezas. Cuando vacías la caja sobre la mesa hay un montón de piezas ahí desordenadas. Para saber cómo ordenarlas hay que ver la imagen que trae la caja. Esa imagen es como una pauta. Las piezas sobre la mesa tienen que ordenarse de manera que se conformen a esa imagen. Las teorías pautadas que describe Nozick ven los individuos en la sociedad como las piezas del rompecabezas. Pueden relacionarse de muchas formas, pero para que la justicia se realice, deberían ordenarse tal como la imagen o pauta que plantea. La pauta es ese X que mencioné antes, según necesidad, mérito, trabajo, etc.
¿Y qué tal la teoría política de Nozick? Comparte con la anterior la característica de ser histórica. Lo que individuos han hecho en el pasado es sumamente importante para determinar su lugar en la sociedad, pero a diferencia de la anterior, la teoría de Nozick no plantea ninguna pauta, ningún X global al que las relaciones deberían conformarse. En el próximo y último vídeo de esta serie, veremos concretamente los principios que maneja su teoría y el concepto de justicia que emana de ellos.
Muy bueno como siempre! Son muy esclarecedores los ejemplos sencillos que pones para explicar conceptos que pueden resultar complicados, eres muy buen pedagogo.
Muchas gracias y
Saludos!
Gracias Pol!
Darin, deja de ser fiaca y hace mas videos, jajaja
Jajaja, desconocía esa palabra “fiaca”. Haré el intento!